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Cómo desalar el bacalao en salazón de manera sencilla (y sin que te quede salado)

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Cómo desalar el bacalao en salazón de manera sencilla (y sin que te quede salado)

Hoy, en nuestro Curso de cocina, te explicamos detalladamente cómo desalar el bacalao en salazón de manera sencilla (y sin que te quede salado) para que puedas disfrutar de este magnífico pescado, tanto en la época de más consumo, la Cuaresma y Semana Santa, como en el resto del año.

El bacalao fresco tiene una temporada corta, que dura normalmente de enero a abril, por lo que es frecuente en todo el mundo conservarlo en salazón para así poder tenerlo disponible durante todo el año. Aprender a desalar el bacalao en salazón es muy sencillo, si sigues nuestras claves para que te quede perfecto, sin que le quede un recuerdo a sal, y sin perder su textura y sabor natural.

Es un proceso relativamente largo, ya que requiere un remojo de hasta 72 horas, -3 días- cambiando el agua dos veces al día, -cada doce horas-, tal como os explicamos a continuación. Tened en cuenta que en esta explicación vamos a desalar un trozo de bacalao mediano, y que si fuésemos a desalar un trozo más grueso o bien un trozo más fino o quisiéramos desalar migas de bacalao tendríamos que adaptar el tiempo de remojo, con más o menos tiempo.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Bacalao en salazón pieza hermosa 1
  • Agua fría abundante

Cómo hacer que el bacalao desalado quede en su punto

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 72 h
  • Elaboración 72 h
Bacalao En Salazon Pakus

Cuando compramos bacalao en salazón, suele venir cubierto por una gran cantidad de sal. Por ello, antes de comenzar el proceso de desalarlo para poder utilizarlo en nuestras recetas, es conveniente sacudirle la sal que podamos.

Una forma estupenda de conseguirlo es poner el trozo de bacalao en salazón bajo el grifo y frotar suavemente con la mano hasta que no tenga cristales de sal en el exterior, tal como se ve en la imagen.

Bacalao Grifo

Una vez listo, comenzamos el proceso de desalado, que como os indicaba durará para un trozo de tamaño similar unas 72 horas o tres días, en el que le tendremos sumergido en agua fría y lo mantendremos dentro de la nevera hasta que esté listo.

Bacalao Remojo 1

En un recipiente, fiambrera o fuente, ponemos el trozo de bacalao en salazón y lo cubrimos con agua fría. Después lo dejamos dentro de la nevera. Cada 12 horas, tiramos el agua y la cambiamos por agua nueva, volviendo a meter el bacalao en la nevera para que todo el proceso de desalado lo haga en frío y así no se nos ponga malo.

Bacalao Dentro 2

Al cambiar el agua, podéis dar la vuelta a la pieza, por ejemplo dejando la piel arriba por la mañana y con la piel abajo por la noche, y así, además de ayudar al desalado de forma homogénea, os sirve para no olvidar ninguno de los cambios de agua.

Bacalao Desalado Final

Pasados los tres días, cuando ya hemos cambiado seis veces el agua a nuestro bacalao, el pescado estará bien desalado y listo para su utilización, como si fuera pescado fresco. Es el momento de sacarlo del agua definitivamente y cocinarlo.

Bacalao Listo Para Usar

Ahora, el bacalao tiene la carne más nacarada y la piel más brillante, y ha recuperado su tamaño ya que en salazón está encogido. Ya podemos utilizar este pescado tan sabroso para hacer nuestra receta de bacalao preferida, y podemos cortar o separar el lomo o parte ancha de la parte fina para dar a cada trozo su utilidad.

Cómo utilizar el bacalao desalado en la cocina

Una vez desalado el bacalao con el método que os hemos indicado, podremos darle los mismos usos que al bacalao fresco. Entre otras muchas recetas deliciosas con este pescado, podemos hacer con el bacalao desalado algunas de las siguientes recetas:

En Directo al Paladar | Curso de cocina
En Directo al Paladar | Bacalao rebozado tradicional, receta de soldaditos de Pavía
Imagen portada | iStock en Directo al Paladar


Tu masa madre de pan no está muerta, solo dormida: cómo revivir un fermento natural después de pasar semanas en la nevera

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Tu masa madre de pan no está muerta, solo dormida: cómo revivir un fermento natural después de pasar semanas en la nevera

Elaborar masa madre de panadería no es en absoluto complicado ni requiere de ingredientes o equipamiento especial, como ya detallamos en nuestra receta básica a partir de harina y agua. Las mayores dudas surgen a la hora de conservarla y, sobre todo, de refrescarla y devolverla a la vida cuando ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la alimentamos.

Es frecuente entre los padres primerizos del cultivo natural creer que su criatura se ha echado a perder. Tampoco se les puede culpar, pues, como tantos productos fermentados, la masa madre a menudo huele fuerte. Y puede oler realmente mal. Pero no siempre es un signo fatídico ni una sentencia de muerte. Puede aguantar incluso dos o o tres meses si no se la molesta.

Está dormida, no muerta

Los apasionados del pan casero solemos referirnos a nuestro cultivo como si fuera una mascota, pues realmente es un producto lleno de vida. Son los fermentos, las bacterias que creamos, las que permiten levar las masas y darles ese sabor, textura, aroma y propiedades tan fantásticas que convierten el pan en un alimento fascinante. Y mucho más digestivo y nutritivo.

Masa Madre Dormida
Misma masa madre tras reposar varias semanas en la nevera; la del primer plano fue refrescada una semana antes que la del fondo, por lo que estuvo dormida aún más tiempo.

Pero como todo ser vivo, necesita unos cuidados, básicamente de alimentación y conservación. La masa madre madura es más fuerte y resistente de lo que podemos creer, especialmente cuando gana edad y la mimamos con harinas y agua de calidad, por lo que "matarla" por accidente no es tan sencillo.

Poca gente hará pan cada día o cada 48 horas, así que lo normal es tenerna descansando en la nevera. Allí se queda "dormida", en letargo, fermentando primero lentamente y luego entrando en reposo, bien protegida con las bajas temperaturas. Deja de tener tanta actividad, pero sus bacterias no mueren, esperando volver a sentir algo de calorcito y recibir nuevo alimento.

Lo que sucede es que, con el paso de los días y las semanas, el agua se separa de la parte más sólida y se crea una capa oscura en su superficie, que puede volverse completamente negra. Al abrir el tarro, además, nos golpeará un olor ácido o agrio, casi podrido, en la cara; hay que resistir la tentación de tirarla. Salvo que veamos moho, sigue viva, aunque no coleando.

Cómo ponerla en plena forma

Si el agua es oscura y huele fuerte, como es el caso, simplemente tenemos que desecharla; aunque sea un fermento al 100% de hidratación veremos que se puede verter el recipiente directamente sin que caiga el fermento en sí. No hace falta ser muy meticulosos, puede quedar parte del líquido oscuro.

Masa Madre Pasos1

A continuación toca alimentarla para activarla. Al pasar tanto tiempo, además, estará más ácida, por lo que le vendrán bien varios refrescos de varios días. No se puede dar un tiempo exacto, pues el proceso dependerá de la edad de nuestro fermento, la harina que usemos, la temperatura ambiente, etc. Buscamos devolverle la fuerza y la alegría, que sea capaz de duplicar su volumen con un aroma más agradable y dulzón en pocas horas.

La proporción más sencilla siempre será la misma: una parte de agua y una parte de harina, para trabajar al 100% de hidratación. Lo más fácil es partir del mismo peso también de masa madre, pero si ha pasado mucho tiempo en la nevera, es mejor partir de una pequeña cantidad, por ejemplo 5-10 g, para reducir la acidez.

  1. Desecha el agua oscura.
  2. Remueve bien el recipiente de masa madre recién sacada de la nevera (también se puede sacar antes y dejar atemperar un poco).
  3. Echa 1-2 cucharadas en otro recipiente limpio, preferiblemente transparente o translúcido, y vertical. Desecha el resto o guárdalo de nuevo en la nevera por si algo fallara en el proceso.
  4. Añade 100 g de harina y 100 g de agua. Si usas harina integral o has tenido que descartar mucho líquido, puedes agregar un pelín más de agua para compensar. En realidad no hay que ser tan meticulosos con las proporciones.
  5. Remueve muy bien hasta que no haya grumos, tapa el recipiente y coloca una marca para comprobar cómo crece.
  6. Déjala a temperatura ambiente -sin superar los 28ºC, a ser posible- 10-12 horas y vuelve a refrescarla con la misma cantidad de harina y agua, repitiendo el proceso uno o dos días más si ha estado muchas semanas dormida, o si notas que le falta fuerza.
Masa Madre Pasos2

El tiempo de refresco puede alargarse varios días si necesita más horas para comenzar a mostrar de nuevo actividad. Cuando está animada puede responder bien con apenas cinco o seis horas, pero si la hemos dejado uno o varios meses en la nevera, necesitará un poco de paciencia. Prueba entonces con un primer ciclo más largo de hasta 24 horas y pasa después a reducir ese tiempo a la mitad.

¿Está lista?

Masa Madre Burbujas

Ibán Yarza, en su libro 'Pan casero' (Larousse, 2013), nos avisa de que no hay un punto exacto en el que usar la masa madre refrescada. De nuevo, depende del gusto, el tipo de pan que queramos hacer o de nuestra experiencia trabajando con ella. La mejor forma de aprender a hacer pan con fermento natural es, simplemente, haciendo pan.

Cuando ha duplicado o triplicado su volumen y está llena de burbujas, ya se puede usar sin problemas, pero también puede estar lista antes de llegar a ese punto máximo. El propio Yarza nos recomienda hacer una prueba: si echas una cucharada en un recipiente con agua y flota, ya está en forma para trabajar, y tendrá menos acidez. Cuanto más se deja fermentar, más ácida se pondrá -algo interesante según el gusto y el tipo de pan-.

Masa Madre Refrescad

Recuerda siempre que necesitarás una cantidad extra de masa madre además de la precisa para la receta, y así guardar una porción. Deja que crezca a temperatura ambiente antes de taparla bien y refrigerarla. Y si prefieres que no se decante tan rápido, dale el último refresco con más cantidad de harina; más sólida se degrada con más lentitud. Después solo tendrás que ajustar la proporción de harina-agua hasta lograr el 100% de hidratación.

Como consejo final, no viene mal tener dos porciones separadas, aunque una sea en un mini frasco con 2-5 g, por si acaso. Otra opción es congelarla, donde se conservará aún mejor y no estará tan ácida al madurar mucho más lentamente.

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Crudités de verduras: qué son, cómo se hacen y con qué recetas acompañar este saludable picoteo o primer plato

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Crudités de verduras: qué son, cómo se hacen y con qué recetas acompañar este saludable picoteo o primer plato

Se conoce como crudités a un primer plato o entrante de procedencia francesa que hemos incorporado a nuestro propio vocabulario con escasas variaciones respecto a su formato original. Como su propio nombre indica, crudité es una presentación en crudo de alimentos, concretamente vegetales, hortalizas o verduras, acompañadas de salsas, vinagretas, cremas o dips para untar y mojar.

Quienes prefieren omitir los extranjerismos optan por denominar a este plato como "palitos", aunque no es del todo exacto ya que las crudités pueden presentarse con otros cortes y formas. El diccionario de la Real Academia ya admite el término en nuestro idioma y podemos usarlo tanto en singular como plural, si bien en francés solo se emplea este último. Se refiere, al fin y al cabo, a un plato o receta concreta, no al ingrediente en sí aislado.

Qué son exactamente las crudités

El crudité es un plato típico de la cocina francesa considerado como hors d'oeuvre, entrante o primer plato, cuya palabra deriva del latín cruditatem, a su vez de crudus, traducido como "crudo, no cocinado". El desarrollo y expansión de la gastronomía francesa en todo el mundo, la primera gran cocina considerada refinada y ejemplo a imitar en las buenas mesas, permitió su llegada a otros países, adoptándose el término incluso en inglés, donde se rastrea su primer uso en torno a 1960.

Crudites Dip

No hace falta indagar mucho para suponer que en realidad ya en prácticamente todos los rincones del mundo ya se consumían y consumen vegetales crudos como parte habitual de la dieta, y no solo por ser la forma más primitiva o simple. Es algo especialmente común en zonas mediterráneas, donde abundan más las hortalizas frescas susceptibles de ser ingeridas sin cocción, disponibles frescas todo el año.

Pero la cocina francesa las incorporó al ritual del menú refinado más moderno presentándolas de manera elegante, con una vajilla más adecuada y como parte de esos primeros platos que sirven para abrir el apetito y preparar el estómago antes del bocado fuerte, sin olvidar la importancia que tienen allí las salsas.

Crudites3

Así, un plato de crudités genérico suele contener diversos tipos de verduras, hortalizas, frutas o legumbres crudas o muy ligeramente cocinadas, peladas o sin pelar, cortadas o sin cortar, acompañadas de, al menos, una salsa o aderezo que se sirve aparte. 'El pequeño Larousse Gastronomique en español' diferencia de este modo las crudités de las ensaladas compuestas, donde lo normal es mezclar todos los componentes y solo llevan una salsa.

Cómo se prepara un plato de crudités

Los componentes básicos de cualquier crudité son dos: vegetales crudos/semicrudos y una salsa o dip. De la calidad, frescura y presentación de los ingredientes dependerá el éxito de nuestro plato.

En primer lugar escogeremos la salsa o crema, o variedades de salsas y vinagretas, que queremos servir, para maridar más acertadamente los vegetales a su alrededor. Pueden ser aderezos más ligeros, como una vinagreta de mostaza sencilla, o una salsa de yogur y hierbas, tipo tzatziki griego, o dips más consistentes y nutritivos, como cualquier hummus. La clásica mayonesa en todas sus variantes, o el aoli, no fallan.

Dips
Dip de berenjena, pipas de calabaza y pistachos.

Una vez listos los aderezos, conservados en refrigeración, es el momento de preparar los vegetales, que deberían servirse casi al momento, para mantener su máxima frescura, salvo que queramos escaldarlos o marinarlos previamente, para darles otro toque de textura y sabor.

Para la presentación se puede optar por la clásica fuente o plato grande, colocando la salsa en un cuenco en el centro con todos los vegetales alrededor, buscando cierta armonía, o disponiendo los dips en distintos cuencos y los crudités en pequeños platillos, vasos o cestos adecuados. Si es verano y queremos el máximo frescor, podemos poner los platos y cuencos sobre una fuente llena de hielos.

Verduras y hortalizas más comunes

Dips
  • Zanahorias normales o baby. Las más grandes se suelen lavar, pelar y cortar en bastiones o palitos, mientras que las pequeñas se pueden servir directamente. Hay ejemplares muy finos que se pueden servir también con parte del tallo verde o las hojas, que son comestibles.

  • Rabanitos. Enteros, cortados por la mitad o en cuartos, con o sin el rabito de hojas. Los ejemplares más alargados pueden cortarse en mini bastones.

  • Pepino. Mejor de piel lisa -holandés- o formato baby o mini, más dulces, sin apenas semillas y más fáciles de cortar en bastones. Los más grandes también se pueden presentar en discos.

  • Apio. Retirando los filamentos más gruesos y "pelillos", cortado en bastones.

  • Pimiento. De cualquier color; los tipo morrón son más agradables en crudo por ser más carnosos. Se retiran las semillas y filamentos interiores para cortar piezas alargadas. Los tipo baby o mini se pueden servir enteros o partidos por la mitad.

  • Cogollos. Presentados en hojas -las más externas- o cortando el cogollo más central y prieto en mitades.

Crudites
  • Endivias. Separando las hojas más grandes o cortándolas por la mitad o en cuartos.

  • Hinojo. Cortado el bulbo en juliana gruesa y las ramas en bastones. También se pueden separar las capas y cortarlas en tiras o dejarlas en piezas anchas.

  • Calabacín. En crudo es refrescante y crujiente; se puede cortar en bastones, discos o medias lunas, no muy delgadas. Si los ejemplares son muy gruesos, se pueden retirar las semillas centrales en el caso de que molesten.

  • Brócoli y colifor. Los floretes medianos en crudo son muy ricos, también el tronco pelado; se pueden blanquear.

  • Coles de Bruselas. En crudo se saborean mejor separando las hojas externas; el núcleo central se pude cortar por la mitad o en discos.

Crudites2
  • Espárragos verdes. Si son muy gruesos se pueden pelar y cortar por la mitad, los más finos pueden presentarse tal cual. También admiten un hervor rápido.

  • Tomates. Los minis, tipo cherry, son más prácticos al ofrecer una gran gama de colores y formatos que no requieren ni ser cortados, pero también los tomates grandes, si están firmes, son adecuados para un plato de crudités, generalmente cortados en cuartos.

  • Setas y champiñones. Los segundos son muy agradables en crudo, bien lavados, ya sean tipo blanco, portobello o shiitake. Los más pequeños pueden disponerse tal cual, y los más grandes se pueden cortar por la mitad, separar el pie del sobrero, etc.

  • Judías verdes. Las redondas más finas son más tiernas en crudo; las planas normalmente se agradecen más al paladar tras un escaldado suave, cortándolas en tiras más finas.

  • Tirabeques. En crudo o blanqueados, tienen la ventaja de que se puede comer la vaina directamente entera.

  • Fruta. Idealmente se escogen variedades más crujientes que no manchen mucho al cortarlas y que aguanten un poco la oxidación, si no se aderezan con un aliño antes. Manzana, pera, melocotón, nectarina, uva, mango, papaya, melón, sandía, caqui, piña, fresas y albaricoques son buenas opciones para ir jugando.

Crudites Hummus

Complementos adicionales

Además de las verduras, este plato se puede convertir en un festín o tapeo más completo si se complementa con otros ingredientes y productos, muchos simplemente tirando de despensa:

  • Frutos secos al natural, tostados, fritos o en microondas, o bien aderezados con especias y hierbas.

  • Encurtidos y aceitunas.

  • Palomitas de maíz caseras con algún toque especial aromático.

  • Patatas fritas, al horno o cocidas. Las pequeñitas de guarnición cocidas al dente son estupendas para mojar enteras o cortadas por la mitad; los otros formatos admiten el clásico corte en bastones, gajos, chips, etc.

Reganas
Regañás caseras de masa madre.

Salsas, dips y cremas para acompañar

Ya hemos mencionado muchas ideas para acompañar las crudités; lo ideal es que se trate de una salsa espesa o crema untable ligera, no tan densa como un paté, para que las verduras se puedan mojar cogiendo una buena porción del aderezo, sin chorrear. La mayonesa clásica es el ejemplo perfecto, aunque al final depende un poco del gusto personal.

Baba Ganoush
Baba ganoush, mutabal o paté de berenjenas libanés
Hummus Remolacha
Hummus de remolacha.

Imágenes | iStock - Unsplash
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Cuántos huevos hay que echar a la tortilla de patatas para que salga perfecta y jugosa

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Cuántos huevos hay que echar a la tortilla de patatas para que salga perfecta y jugosa

Las vueltas que le damos a algo tan simple y popular como la tortilla de patatas es algo digno de estudio. En Directo al Paladar defendemos que cada cual la disfrute como más le guste, pero hay una cuestión clave que atañe a todas las recetas de este humilde manjar: la proporción perfecta de huevo y patata.

Te guste con o sin cebolla, más o menos cuajada, delgada o gordita, algo churruscada o solo ligeramente dorada, acertar con la cantidad de huevos que hay que echar a la mezcla suele despertar muchas dudas entre los primerizos y puede marcar la diferencia entre un triunfo de tortilla o un fracaso absoluto.

Es la experiencia la mejor consejera en estos casos, y no es raro que si preguntamos a madres y abuelas respondan con que lo hacen a ojo o según lo pida la mezcla, pero también hay algún que otro truco que podemos tener en cuenta.

Salvo que nos guste un mazacote reseco como una suela de zapato -hay gustos para todo-, una buena tortilla de patatas debe quedar jugosita, con la perfecta proporción de tubérculo y mezcla de huevo, sin que este destaque o acapare en exceso el sabor. El problema es que no todas las patatas ni todos los huevos pesan lo mismo, y también influyen factores como el tipo y edad de la patata, su corte y punto de fritura, el tamaño de la sartén o el punto de cuajado.

Batir Huevo

Así pues, afirmar que existe una proporción perfecta es imposible y absurdo. Todas las recetas de tortilla son similares, pero ninguna será siempre igual; cada maestrillo tiene su librillo y sus gustos, y nunca nos saldrán 100 % idénticas. En cierta manera es parte de su encanto. Dicho esto, veamos cómo podemos, al menos, aproximarnos a esa proporción ideal de ingredientes.

El ojímetro del huevo

Tortilla2

Si repasamos los consejos que comparten cocineros y ganadores de diversos concursos, rara vez nos darán una cantidad exacta; sus recomendaciones suelen dirigirse más al tipo de patata (siempre nueva o agria), cómo cortarla (laminada fina) o trucos tales como confitar la patata suavemente y escurrirla bien. Pero al adentrarnos en recetas concretas, como las tortillas que ha publicado Arguiñano en sus libros, o la de David de Jorge, encontramos varias fórmulas similares:

  • 3 patatas o 600 g y 6 huevos, más 1 cebolla (Arguiñano).
  • 750 g de patatas y 6 huevos, más 1-2 cebollas (otra receta de Arguiñano).
  • 1 kg de patatas y 8 huevos, más 150 g de cebolleta (David de Jorge).
  • 1 kg de patatas kennebec y unos 8 huevos (Dani García).
  • 220 g de patata agria ya pelada y cortada, más 4-5 huevos (Taberna Pedraza, estilo Betanzos).

Por su parte, Ana Cordero, autora del libro 'Historia de la tortilla de patatas. Su origen: Villanueva de la Serena 1798', que defiende una polémica teoría sobre el nacimiento del plato desmentida por la historiadora y gastrónoma Ana Vega, comparte otro truco: por una patata media o puñado de patata, dos huevos. Proporción 2:1. Si añadimos cebolla, la cantidad de patata necesaria se reduce.

Todas estas proporciones coinciden un poco con nuestras recetas favoritas, en las que usamos 700 g de patata y 6 huevos, más la cebolla; 1 patata y 2 huevos para una tortilla individual; o 600 g de patatas y 6 huevos más cebolla en la versión de Thermomix.

En conclusión

Nuestro consejo es partir de 600-750 g de patatas sin pelar para una tortilla mediana que sirva a 4-6 personas, y contar con 6-8 huevos disponibles en casa. Otra proporción buena como punto de partida es de unos 100 g de patata por cada huevo. Una vez frita la patata, con o sin cebolla, hay que batir los huevos aparte, añadiedo si quieres un chorrito de leche o nata líquida para darle más cremosidad, y procurando no introducir mucho aire.

Tortilla Huevo

Añade los huevos batidos a la mezcla de patata y no al revés, porque quizá no necesites echarlo todo. Con la experiencia aprenderás a ajustar la cantidad exacta, como se hace en cualquier cocina: la mezcla debe estar jugosa y homogénea, sin formar un engrudo pastoso, pero tampoco creando una bañera en la que flote la patata.

Agrega más huevo batido poco a poco si lo crees necesario, mezclando con suavidad, y procede a cocinarla a tu gusto, cuajándola más o menos. Si te gusta más tipo Betanzos, muy jugosa y algo líquida, agrega más huevo; si la prefieres más firme, reduce la cantidad. Cocina, prueba y corrige hasta dar con tu fórmula perfecta.

Imágenes | iStock - jLastras
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Cómo envasar alimentos (casi) al vacío usando una pajita: el truco de TikTok ideal para congelar comida

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Cómo envasar alimentos (casi) al vacío usando una pajita: el truco de TikTok ideal para congelar comida

Las envasadoras al vacío son aparatos muy útiles que ayudan a conservar más y mejor los alimentos, pero hay que admitir que son un trasto más al que buscar sitio en la cocina. Sin embargo, sí podemos imitar la técnica fácilmente sin usar ningún equipamiento especial, con un truco que en las redes se ha bautizado como el envasado al vacío humano. En inglés suena mejor.

El human vacuum seal consiste básicamente en aspirar con los propios pulmones todo el aire posible de una bolsa de envasado de uso alimentario. Para que sea más fácil y efectivo lo ideal es emplear una bolsa con cierre tipo zip o cremallera, ya que hay que dejar un orificio muy pequeño abierto, evitando que se cuele aire por el resto de la abertura.

Vacio 2

También es más fácil hacerlo con la ayuda de una pajita, de tal modo que se pueda ajustar aún más la abertura, colocándola bien dentro de la bolsa, y de una forma más higiénica que solo aspirando directamente con la boca sobre la bolsa.

El procedimiento es muy sencillo y bastante intuitivo. Lo primero es tener claro qué se va a envasar y si su destino es el congelador, pues es preferible precongelar algunos alimentos en porciones un par de horas antes de usar la bolsa, por ejemplo introduciéndolos en el congelador sobre una bandeja con papel antiadherente.

Como ya explicamos en la mejor forma de conservar el pan, si una masa se corta en rebanadas o si vamos a congelar fruta cortada o café en grano, por ejemplo, evitaremos que se peguen las porciones entre sí dentro del envase o con la propia bolsa.

Vacio 3

Una vez colocados los alimentos que queremos conservar dentro de la bolsa, hay que extraer el máximo de aire posible con las manos, y después cerrarla bien con el sistema de zip, dejando solo abierto un extremo. Por ahí es donde hay que introducir la pajita, agarrar bien el contorno para que no salga el aire, y finalmente toca aspirar.

Tampoco hay que dejarse los pulmones aspirando -más que nada para evitar mareos-, pero obviamente el método será más efectivo cuanto más aire logremos extraer. Veremos que en la bolsa se produce el mismo efecto que al emplear una envasadora o bolsa de vacío de ropa, adhiriéndose el material al alimento, como una segunda piel.

Cuando ya no podamos sacar más, solo queda sacar rápidamente y con cuidado la pajita cerrando la pequeña abertura inmediatamente después. Y ya está lista para guardar, refrigerar o congelar.

Vacio4

No habremos sacado todo el aire pero el resultado es muy bueno en alimentos sencillos y no muy delicados, como panecillos, rebanadas de pan cortado, fruta firme, quesos duros, magdalenas o muffins, porciones de bizcocho, frutos secos, café en grano, etc. Además de conservarse mejor, ganaremos espacio en el congelador, nevera o despensa.

La autora del vídeo en TikTok que nos descubrió este sistema lo recomienda especialmente para masa cruda de galletas, siempre en porciones y precongeladas, de tal forma que puede disfrutar de cookies recién hechas siempre que tenga un antojo, sin necesidad de andar horneando gran cantidad de golpe o preparando toda la masa cada dos por tres.

Asegura que es higiénico y seguro, aunque no se recomienda este método para envasar alimentos que entrañen más riesgo de contaminación o muy delicados, como carne cruda o pescado. En cualquier caso, hay que procurar que la pajita no toque el alimento y no exhalar dentro de la bolsa. Y siempre hablamos de un uso doméstico particular.

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Cómo hacer salsa brava, para acompañar patatas y mucho más (con 19 recetas que le van de cine)

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Cómo hacer salsa brava, para acompañar patatas y mucho más (con 19 recetas que le van de cine)

En la gastronomía española ocupa un lugar de honor la salsa brava. Sí, esa que acompaña las patatas que de ella toman su nombre, las patatas bravas. Una de las tapas más populares de los bares del país cuyo origen -poco claro- apunta al Madrid de los años 50-60 del siglo pasado.

Dos bares madrileños que ya no están entre nosotros son reconocidos como los primeros en servir esta tapa. Casa Pellico, que estaba situado en la calle Toledo, y La Casona, en la calle Echegaray.

Además de sabrosa, la receta era sencilla y, posiblemente por ello, se popularizó rápidamente por el resto de la capital y, más tarde, del país.

La salsa brava se caracteriza por ese toque picante que la diferencia de muchas otras. Unas recetas lo toman del pimentón picante, otras de la pimienta de cayena, otras del tabasco, etc. Y es que, aunque muchos reclaman su salsa como la auténtica, lo cierto es que no existe referencia alguna a la receta exacta.

Cada maestrillo tiene su librillo y no hay más que probar esta ración en distintos bares para darse cuenta de ello. No hay dos salsas bravas iguales. De hecho, en nuestra receta de patatas bravas, la salsa está elaborada con caldo de pollo espesado con harina y condimentado con pimentón picante y dulce.

Y dentro de la incertidumbre sobre su origen y la autenticidad de esta fórmula, encontramos que -posiblemente- fue en Madrid donde se incorporó por primera vez en uso de tomate triturado como ingrediente principal, desplazando el caldo y la harina al destierro.

A estas dos versiones de una misma salsa se le suman muchas otras, pero en un mix de ambas nos hemos basado para preparar nuestra receta preferida de la salsa brava. Tomate y caldo intervienen en partes iguales, reduciendo el conjunto a fuego lento para evitar el uso de harina.

Ingredientes

Para personas
  • Cebolla 1
  • Diente de ajo 2
  • Cayena 1
  • Pimentón picante 5 g
  • Tomate natural triturado 300 g
  • Caldo de verduras , pollo o carne 300 ml
  • Vinagre de Jerez 15 ml
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Azúcar (opcional) 5 g
  • Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer salsa brava

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 45 m
  • Elaboración 10 m
  • Cocción 35 m

Pelamos y picamos la cebolla. No hace falta que sea especialmente fina, pues luego la vamos a triturar y pasar por un colador. Pelamos también los dientes de ajo y los rallamos o machacamos para conseguir un puré.

Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y pochamos la cebolla y el ajo a fuego suave durante unos 10 minutos o hasta que estén tiernos. Agregamos el pimentón picante y la pimienta de cayena, sin semillas. Removemos y rehogamos unos segundos para integrar sin que se queme el pimentón.

paso a paso salsa brava

Incorporamos el tomate natural triturado, el caldo de verduras, el azúcar (opcional), el vinagre de Jerez, sal y pimienta al gusto. Subimos ligeramente el fuego y cocemos durante unos 20-30 minutos o el tiempo necesario para obtener una salsa espesa.

Trituramos la salsa y la pasamos por un colador para que quede bien fina. Si queda demasiado líquida y fuera necesario, la volvemos a poner al fuego y dejamos reducir unos cinco o diez minutos más.

Podemos servir la salsa inmediatamente, en caliente, o dejar que enfríe. Si no la vamos a usar inmediatamente, la dejamos atemperar antes de guardar en la nevera, dentro de un recipiente hermético. Dura una semana en buen estado. También admite congelación.

19 recetas en las que usar nuestra salsa brava

Es indiscutible que la salsa brava y las patatas hacen un matrimonio perfecto, pero sus usos pueden ir más allá. Probad a acompañar con ella unas verduras asadas, un pescado al horno o a la plancha o una carne y veréis cómo os sorprende el resultado. Aquí os dejamos algunas ideas con las que triunfar.

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Por qué la coliflor hervida huele mal y cómo evitarlo: trucos para cocinar coles sin atufar la cocina

La coliflor, el brócoli, el romanesco o las coles de Bruselas pertenecen al grupo de las brásicas o crucíferas (género Brassica, familia Brassicaceae o Cruciferae), un variopinto número de especies que no dejan de reivindicarse como verduras saludables, pero que, admitámoslo, siguen teniendo mala fama. El mal olor que despiden al cocerse, particularmente la coliflor, es el principal culpable de que muchas personas las aborrezcan.

Muchas de las recetas que se han viralizado en los últimos años marcando tendencia incluso en la industria alimentaria, como el famoso colirroz o cuscús de coliflor, la pizza falsa o la salsa para pasta, enmascaran su forma y sabor buscando engañar un poco a los paladares más reticentes, especialmente los niños, que son los que más rechazan a las coles.

Como en todo, hay excepciones, pero que estas hortalizas produzcan tanta aversión en los más pequeños tiene su explicación científica, y también la ciencia nos da pistas sobre cómo podemos cocinar las brásicas para reducir al máximo esos malos olores en casa.

Compuestos sulfurosos, tan beneficiosos como apestosos

En química, los sulfuros son combinaciones de azufre con un compuesto químico o un radical, y pueden encontrarse en la naturaleza de múltiples maneras. El ser humano es muy sensible a su intenso olor y debemos dar gracias a ello, pues hay algunos compuestos sulfurosos altamente tóxicos, como los que produce un huevo podrido. Es una mera cuestión de supervivencia: si apesta, hay que alejarse de ello.

Coliflor1

Sin embargo, ya sabemos que no siempre es así. La gran mayoría de brásicas, sobre todo las que popularmente conocemos como coles, son ricas en sulfuros y estos se asocian a efectos muy beneficiosos para la salud, incluso pudiendo reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer.

Una investigación publicada en 2021 en el Journal of Agricultural and Food Chemistry indagó sobre las razones que llevan a generar más rechazo entre los niños, descubriendo que el momento de comer las coles, o más concretamente de masticarlas, es clave en la percepción de los sulfuros.

Colilfor Floretes

Los investigadores comprobaron que las bacterias activas de la saliva pueden producir una alta concentración de compuestos sulfurosos al entrar en contacto con las coles, tanto cocinadas como crudas, liberando su deagradable olor, que afecta a la percepción del sabor. Los niños son mucho más sensibles a estos compuestos volátiles y los rechazan casi por instinto, mientras que los adultos, a medida que crecen, se van acostumbrando.

Cómo reducir el mal olor: trucos que funcionan y otros que no

Son muchos los trucos que se pueden leer y escuchar sobre cómo evitar que la coliflor huela mal, pero lo cierto es que ninguno funciona al 100 %. Es parte de su naturaleza y hay que aceptarlo. Otra cosa es que podamos reducir la intensidad de los sulfuros o lograr enmascararlos un poco.

Brocoli Horno
Brócoli asado al horno.

El peor método que podemos usar para cocinar coles es el hervido en agua. No solo estaremos liberando muchos más compuesto sulfurosos al aire, también corremos el riesgo de dejar la coliflor o el brócoli demasiado cocidos, mustios, con un sabor plano y una textura poco agradable. Así no hay manera de defender gastronómicamente estos manjares.

Es más, al hervir en agua perderemos una gran parte de esos valiosos nutrientes que convierten a las brásicas en bombas de salud, ya que al cocer en un medio líquido se favorece la pérdida de nutrientes como fibra y vitaminas y minerales hidrosolubles, además de sabor. Tampoco hay que desterrar el hervido, solo moderarlo y, especialmente, controlarlo bien, dejando la verdura siempre al dente y, si es posible, cortando la cocción rápidamente con hielo.

Coliflor Asada

Estas son las mejores técnicas para cocinar coles con las mínimas molestias olorosas, y algunos trucos que pueden ayudar, pero sin obrar milagros:

  • Asadas al horno. No nos cansamos de repetirlo, las verduras asadas son un manjar y el horno mejora casi todas las hortalizas en sabor y textura. Obtendremos sabores mucho más intensos, caramelizados y tostados, mucho mejor si añadimos algo de grasa por encima (aceite de oliva virgen extra, mantequilla) y/o hierbas y especias. Nunca se deben amontonar en la bandeja y conviene que las piezas sean del mismo tamaño. Es más fácil controlar el punto de cocción a través de la puerta.

  • Cocida en microondas. Como el vapor, pero más rápido. Con una vaporera especial de microondas es mucho más sencillo, y suelen incorporar un compartimento inferior para añadir una pequeña cantidad de agua u otro líquido, además de la tapa. Hoy en día los microondas cuentan con modo de cocción al vapor y permiten seleccionar incluso el tipo de verdura y el peso a cocer. Según el tamaño de las piezas, tardará unos 6-7 minutos a potencia máxima.

  • Cocida al vapor tradicional. Queda más firme que en agua, pierde menos color y libera menos sulfuros, pero también huele. Un buen truco es añadir elementos aromáticos al agua que se convertirá en vapor, como hierbas aromáticas, peladuras de otras verduras, caldo, ajo o cebolla, etc. El líquido debería estar hirviendo antes de introducir la vaporera, y la verdura no debería amontonarse demasiado, o se cocerá de forma irregular. Puede tardar unos 10-15 minutos.

Coliflor Hervida
  • Cocida o hervida. En agua muy abundante, salada, y mejor aún si se utiliza caldo (que podemos improvisar con los recortes y hojas de preparación de la propia verdura, y algún aromático). Se cuecen con el agua ya hirviendo, procurando que no se corte el hervor. Para disimular un poco los malores olores hay varios trucos, que funcionan regular: añadir un chorro de leche o chorrito de limón o vinagre al líquido; incorporar a la olla miga de pan empapada en aceite o leche o simple plan duro sin más; cocer la col con piel de limón, hinojo fresco, hierbas aromáticas o especias; colocar un paño empapado en vinagre entre la olla y la tapa o miga de pan también avinagrada sobre la tapa.

  • En olla rápida o súperrápida. Tarda menos tiempo, necesita menos agua y deja escapar menos olores. Las piezas de col no tienen que estar totalmente sumergidas, solo flotando un poco. Hay que poner la potencia del fuego al máximo, una vez cerrada la olla, hasta que salen las dos anillas; entonces contamos unos 3-4 minutos, separamos el fuego y esperamos a que baje la presión antes de abrir rápidamente.

Y si todo falla y sois muy sensibles al olor que emiten las coles al cocinarse, cierra la puerta de la cocina y activa el extractor, que no solo es útil a la hora de freír.

Imágenes | Marco Verch - Unsplash
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Desglasar, la técnica básica de chef para elaborar una salsa deliciosa: qué es un desglasado y cómo se hace

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Desglasar, la técnica básica de chef para elaborar una salsa deliciosa: qué es un desglasado y cómo se hace

Técnica básica que cualquier profesional de la cocina aprende pronto, un desglasado también debería formar parte de los conocimientos esenciales de cualquiera que cocine en casa. No es un proceso tan elemental como freír, cocer o asar, pero saber cómo desglasar nos permite obtener platos mucho más sabrosos, apetecibles y refinados. Y su técnica es bien sencilla.

Si gran parte de los fundamentos de un restaurante reside en sus fondos y caldos, la puntilla final que corona muchos de los platos de chef se oculta en sus deliciosas salsas, jugos y glaseados. Desglasar es el alma de lo que los angloparlantes denominan pan sauce, la clásica y sencilla salsa que se puede preparar simplemente cocinando y reduciendo ciertos ingredientes en una sartén o cazuela, que proporciona un estallido de aromas y sabores.

Qué es desglasar

La Real Academia de la Lengua aún no tiene el término incorporado a su diccionario, pero es una palabra bien conocida en el mundo gastronómico que, como tantas otras, deriva del francés. Digamos que deriva de otra que sí recoge la RAE, "glasear", del francés glacé, que, en una de sus acepciones, consiste en dar brillo o lograr que un alimento quede brillante a través de distintos medios.

Pero desglasar, déglacer en francés y deglaze en inglés, es una técnica más específica que parte siempre de haber cocinado previamente algo en un utensilio de cocina determinado. Es decir, no se puede hacer un desglasado desde cero. Por lo general se empieza con un asado, un salteado o un braseado.

Esencialmente, este procedimiento consiste en aplicar uno o varios líquidos a la superficie seca y caliente de una sartén, plancha, fuente, cazuela o similar, preferiblemente de hierro fundido o acero inoxidable, después de haber cocinado carne, pescado, marisco o ciertas verduras o proteínas vegetales.

Desglasar Pollo

Al integrar ese elemento líquido y llevarlo a ebullición, las partículas que han dejado los alimentos cocinados, incluyendo restos más sólidos que se hayan podido quedar adheridos, se van soltando a medida que se rasca el fondo con una espátula o herramienta similar. El objetivo es recuperar jugos, nutrientes y otros elementos, normalmente de sabores y aromas intensos, ricos en umami, para aprovecharlos en el plato final.

Según el líquido que se añada, además de otros posibles ingredientes, se puede obtener una simple reducción de jugos o una salsa más elaborada para servir en salsera o directamente cubrir y glasear el alimento cocinado, por ejemplo un pollo asado o un entrecot.

Cómo desglasar una sartén, cazuela o fuente

Partimos de un recipiente de cocina en el que acabamos de cocinar carne, pescado o verduras. Lo ideal es que dicho utensilio sea de acero inoxidable, hierro fundido o vidrio (en el caso de las fuentes de horno), pues los alimentos se habrán agarrado mejor y liberado con más eficacia sus azúcares, grasas y otros elementos sabrosos. Las sartenes antiadherentes son aquí menos agradecidas.

Desglasar
  • Retiramos los alimentos cocinados, manteniéndolos calientes si se van a servir a continuación, por ejemplo en el horno con calor residual o tapados. Las grandes piezas de carne no suelen necesitar protección extra y les viene aún mejor ese reposo.

  • Si han quedado restos sólidos poco atractivos del alimento se pueden retirar con unas pinzas o algo similar para obtener un desglasado más limpio. Además conviene eliminar el exceso de grasa -solo si es muy excesivo- o de piezas muy quemadas.

  • Volvemos a poner la sartén o fuente a fuego medio, dejando que coja buena temperatura. O, en su caso, la fuente de horno, que debe ser apta para la placa de cocina.

Desglasar Rascando1
  • Añadimos un líquido, llenando uno o dos dedos de la superficie del utensilio. Ganaremos en sabor y textura si en lugar de agua usamos caldo, vino blanco, tinto, brandy, oloroso, buen vinagre, zumo de naranja o limón, cerveza, sidra, cava... o una combinación de varios líquidos.

  • Llevamos a ebullición suave y removemos continuamente con una cuchara o espátula, rascando a conciencia todo el fondo para extraer esas preciadas partículas de sabor.

  • Cocinamos unos pocos minutos hasta que reduzca y se intensifiquen los aromas, pudiendo bajar el fuego al final para evitar que se evapore muy rápido. Llevamos a una salsera o jarrita, pasándolo por un colador fino si preferimos eliminar cualquier impureza.

Cómo hacer una salsa a partir de un desglasado

Para llevar el desglasado a un nivel superior y montar una deliciosa salsa en pocos minutos, solo nos hacen falta algunos ingredientes y pasos más. En este caso buscamos desglasar con menos líquido y enriquecer la mezcla con otros elementos. Hay varias opciones:

  • Hacemos el desglasado hecho con un chorro de vino, cerveza, versión sin alcohol o vinagre suave, reduciendo hasta que queden pocas cucharadas de líquido.
Desglasar2
  • Añadimos unos 300-400 ml de caldo y dejamos que hierva a fuego lento para que reduzca, aproximadamente, a la mitad. Será más sabrosa si antes disolvemos una cucharadita de gelatina en polvo neutra en el caldo, sobre todo si usamos caldo de verduras o de ave muy ligero.

  • Enriquecemos la salsa con una cucharada de mantequilla, crème fraîche o un chorro de nata líquida. Salpimentamos y aderezamos con nuez moscada u otras especias, removiendo bien con unas varillas.

Desglasar Salseando
  • Otra variante consiste en disolver primero la mantequilla cuando se practica el desglasado, añadiendo si se desea ajo picado o chafado, chalotas o cebolleta muy picada, hierbas frescas como ramitas de tomillo, romero, eneldo o estragón, que van muy bien con pescados. La mostaza de Dijon o a la antigua también son buenos ingredientes para enriquecer.

  • Del mismo modo es posible practicar un roux con el desglasado y así elaborar una salsa más rica y espesa antes de cubrir con caldo o leche, dejándola más o menos espesa e incluso pudiendo llegar al punto de la bechamel.

Imágenes | iStock - Didriks
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Salsa agridulce: cómo elaborar y aprovechar bien esta receta tradicional china (con 15 recetas a las que les va como anillo al dedo)

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Salsa agridulce: cómo elaborar y aprovechar bien esta receta tradicional china (con 15 recetas a las que les va como anillo al dedo)

¿Alguien en la sala que no conozca la salsa agridulce? Probablemente no. Esta es una de las recetas más populares y deliciosas de la cocina China, dentro y fuera de sus fronteras, que hace caer rendidos a sus pies a quienes la prueban.

Se puede usar para dipear, acompañando a aperitivos asiáticos como, por ejemplo, los clásicos rollitos primavera, pero también se puede utilizar como una parte de la receta. Este segundo uso, como ingrediente, aporta mucho sabor a los platos que la integran. El cerdo agridulce, entre muchos otros, es buen ejemplo de ello.

De la salsa agridulce existen muchas versiones, pero todas ellas tienen el común tres ingredientes: azúcar, vinagre de arroz y sal. Dependiendo de dónde se elabore y de quién esté a los mandos de la cocina, entrarán en juego elementos como zumo de frutas, ketchup, especias, hierbas aromáticas, concentrado de tomate, salsa Worcestershire, almíbar, etc.

El origen de esta mezcla agridulce es poco claro. Unos defienden que se originó en la provincia china de Hunan, usada como condimento o salsa para pescados, carnes y verduras. Otros afirman que fue en Guangdong donde apareció por primera vez esta salsa tradicional.

En su forma primaria, la salsa agridulce tenía un color amarillo pálido, no se sometía a proceso de cocción alguno (es decir, estaba cruda) y se servía como salsa para acompañar. De ahí fue evolucionando con la adición de frutas, como peras y piñas, de otras salsas, principalmente salsa de soja y salsa Worcestershire, y de diferentes ingredientes como azúcar moreno, melaza y miel.

cerdo agridulce
Cerdo agridulce, uno de los platos más populares elaborados con esta salsa

La versión de salsa agridulce que preparamos en Directo al Paladar es muy sencilla, pero con mucho sabor. Está lista en cinco minutos y solo requiere de un puñadete de ingredientes. Tiene un equilibrio perfecto entre los sabores dulce y salado, pero se puede modificar al gusto.

Ingredientes

Para 0 personas
  • Vinagre de arroz 60 ml
  • Azúcar 75 g
  • Ketchup 20 ml
  • Sal 2 g
  • Agua 100 ml
  • Maicena (para espesar) 5 g
  • Agua (para espesar) 10 g

Cómo hacer salsa agridulce

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 5 m
  • Cocción 5 m

Introducimos el vinagre, el azúcar, el ketchup, la sal y el agua en un cacito y lo llevamos al fuego. Calentamos a fuego fuerte al tiempo que removemos para que los ingredientes se mezclen bien y el azúcar se disuelva.

Cuando la mezcla comience a hervir bajamos el fuego y cocemos el conjunto durante tres minutos o hasta que se vaya el olor a vinagre y a ketchup.

Mientras tanto mezclamos la maicena y el agua en un cuenco. La incorporamos poco a poco y removemos para que la salsa espese sin que se formen grumos, dejando que hierva un par de minutos más antes de retirar. Una vez fría la salsa agridulce está lista para usar.

Las sobras de esta salsa se pueden guardar en la nevera, donde aguanta en muy buen estado al menos un par de semanas.

Cómo usar la salsa agridulce: 15 recetas a las que les va como anillo al dedo

Muchas elaboraciones a base de pescados, mariscos, verduras y carnes se pueden acompañar con salsa agridulce a modo de "dip". Pero este no es el único uso de la popular salsa chin que, usada como ingrediente, aporta un sabor increíble a infinidad de platos (recibiendo estos -generalmente- la coletilla agridulce). Aquí van nuestras sugerencias para sacarle el máximo partido.

Langostinos En Tempura
Langostinos en tempura

Como acompañamiento

cerdo agridulce al estilo Zhejiang
Cerdo agridulce al estilo Zhejiang

Como ingrediente

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Sal de cítricos: cómo aprovechar la piel de naranjas, limones y limas para saborizar el condimento básico de la cocina

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Sal de cítricos: cómo aprovechar la piel de naranjas, limones y limas para saborizar el condimento básico de la cocina

La sal es un ingrediente tan básico en la cocina desde tiempos inmemoriales que, en realidad, casi ocupa una categoría propia. Puede tener una presencia más o menos patente cumpliendo funciones distintas, pero es rara la ocasión en la que no la usemos. Para sacarle más partido podemos personalizarla con aromas, por ejemplo preparando una sal cítrica fabulosa para enriquecer muchos platos.

Ya sabemos que hay diferentes tipos de sal aunque ninguna es más saludable que otra, con la excepción de la sal reducida en sodio para quienes tengan necesidades nutricionales específicas. Sí hay distintos orígenes, formatos y calidades, siendo la flor de sal marina o en escamas una de las más nobles y apreciadas.

Para preparar nuestra sal de cítricos recomendamos usar una sal de buena calidad, preferiblemente sin refinar, de textura gruesa pero delicada, como la mencionada flor de sal, tipo Maldon o, mejor, alguna local de salinas nacionales. Queremos un condimento para usar al momento, como aderezo a la hora de servir, aunque también puede emplearse para cocinar.

Además de sal, necesitamos la piel seca de varias frutas, en función del tamaño de estas, la cantidad de sal que queramos preparar y la potencia buscada. La proporción que recomendamos como guía de base es de unos 5-10 g de piel cítrica seca y molida (aproximadamente una cucharada algo colmada) por cada 120-150 g de sal. A partir de ahí, es cuestión de probar y ajustar.

Piel Citricos

La piel de la fruta cítrica debe secarse por completo antes de molerla

A continuación mostramos cómo preparar sal cítrica de naranja, pero el proceso sería el mismo con otras frutas como limón, lima, pomelo, yuzu o mandarina. Es fundamental que la piel sea aromática, preferiblemente sin recubrimientos de ceras brillantes y que esté muy seca. Para lograrlo podemos recurrir al método tradicional, dejando las mondas colgadas varios días al aire, o recurrir a una deshidratadora o el horno.

Ingredientes

Para 1 unidades
  • Piel de naranja (o limón, mandarina, lima o mezcla) 2
  • Sal gruesa o fina de mesa 120 g

Cómo hacer sal de cítricos

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 10 m
  • Elaboración 10 m

Tal y como hemos comentado, lo primero es hacer acopio de la piel de cítricos y secarla prácticamente por completo. Debe estar crujiente si se dobla y no soltar ninguna gotita de zumo o líquido. No podremos pesar la cantidad total de piel hasta que se haya secado, así que lo recomendable es emplear las mondas de varias piezas de fruta.

Piel Citricos2

El primer paso es lavar, secar y pelar la piel de las naranjas procurando no tomar mucha parte blanca, aunque no pasa nada si se corta un poco. Si hay tiempo, solo es necesario colgar las pieles al aire en un lugar fresco y ventilado, recibiendo luz solar si es posible, hasta que se sequen. También se pueden dejar sobre papel de cocina al sol, o sobre una fuente de calor suave como el radiaor o la chimenea.

Para acelerar el proceso se puede usar una deshidratadora, siguiendo las instrucciones del fabricante, o el horno, a unos 90-100ºC, vigilando muy bien que no se queme, y dejando que se enfríe por completo antes de usar.

Una vez secas las pieles, triturar o moler con un robot de cocina, mortero, molinillo de especias o café -hemos usado este- o procesador de alimentos, hasta dejar una textura como de polvillo fino, solo con pequeños tropezones si se quiere una textura más rústica.

Sal Citrica Pasos

Combinar con la sal en las cantidades deseadas, removiendo bien hasta incorporar por completo, agregando el aderezo cítrico poco a poco según veamos conveniente. Guardar en un recipiente hermético y lejos de la luz, humedades o fuentes de calor.

Otra opción posible es rallar la piel de la fruta con un rallador tipo zester o Microplane, combinar con la sal y secar juntos en el horno a 100º C durante unos 60-70 minutos, hasta que esté completamente seca.

En qué recetas y platos usar la sal de cítricos

Depende un poco de qué cítricos hemos usado para aromatizar la sal, aunque todos son muy similares y versátiles en sus posibilidades, considerando que la naranja y la mandarina serán algo más dulzonas. Podemos usarla para hacer vinagretas y aliños de ensaladas o verduras, para enriquecer salsas, una mayonesa, un curry o preparar marinados, tanto de carnes como de pescados. Igualmente nos dará resultados muy especiales en las recetas a la sal, salmueras secas y aderezos para barbacoa.

Es perfecta para aderezar en crudo y al momento las mismas piezas de carne, pescado y proteínas vegetales recién hechas, para dar otro toque a las tostadas con aceite o las tostas de aguacate y demás variantes, o condimentar aperitivos y picoteos como las patatas fritas. También podemos usarla para ciertos cócteles, ceviches, ensaladas de fruta, postres con caramelo, dulce de leche o chocolate, helados, etc.

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Cómo secar rápidamente el pan para hacer torrijas si se te olvidó comprarlo ayer (y por qué es mejor usar pan viejo)

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Cómo secar rápidamente el pan para hacer torrijas si se te olvidó comprarlo ayer (y por qué es mejor usar pan viejo)

El mundo hostelero, chefs y marcas se empeñan en convertir a la humilde torrija en un postre moderno, recargado y pretendidamente sorprendente, pero, por muy buenas que estén esas versiones, en DAP seguimos quedándonos con las torrijas de toda la vida. Incluso en el recetario tradicional hay muchas variantes, pero hay algo que no cambia: con pan viejo salen mejor.

No es solo porque va implícito en su naturaleza y en su mismo origen o razón de ser. La torrija, como todas sus primas internacionales, nació para dar otra vida al pan duro, para reaprovechar un alimento humilde pero muy apreciado, nutritivo y valioso. Igual que el pan de Calatrava o los puddings reviven masas resecas más dulces, la torrija convierte al pan olvidado más incomestible en un manjar energético.

Pan Cortado4

No existe una torrija definitiva ni la receta única que merezca ser reconocida como la mejor, al menos en términos absolutos. Es absurdo y sería muy triste negar la riqueza de tradiciones diferentes que dan vida a las culturas regionales. Te pueden gustar más las torrijas de leche o de vino, con almíbar, miel o rebozadas en azúcar y canela, con natillas o con licor, más gruesas o más finas, con pan tipo de molde o de barra. Ninguna es mejor que otra.

Pero todas -o casi todas- salen mejor con una masa vieja. Rebanadas de pan ya algo seco, más duro, que ha perdido gran parte de la humedad que hacía elástica la miga, pero sin llegar al punto de rompernos los dientes al intentar moderlo. Por eso siempre recomendamos usar pan, al menos, del día anterior, dándole tiempo a resecarse un poco, que siempre se puede dejar envejecer algo más, según el tipo concreto de barra que usemos.

Por qué es mejor usar pan viejo

En términos meramente culinarios y organolépticos, el pan reseco absorberá mucho mejor la infusión de leche sin reblandecerse demasiado, aguantará mejor el rebozado de huevo y también la fritura, su escurrido y rebozado final. Un brioche fresco muy tierno y suave también puede ser una esponja, pero corremos el riesgo de que su miga se reblandezca en exceso, y además tendrá demasiado sabor propio. Una torrija debería saber a pan, no a bollo.

Otro problema de esos panes demasiado tiernos es que, del mismo modo que chupan el líquido del remojo, luego lo expulsan con la misma facilidad. Exactamente igual que una esponja al apretujarla. El pan viejo, por contra, aborbe el líquido para rehidratar sus fibras, reteniéndolo con más eficacia.

Cómo resecar un pan demasiado fresco

Supongamos que quieres hacer torrijas, pero las quieres ya, y solo dispones del pan que acabas de comprar u hornear casero. Sea de barra corriente -pero con miga prieta sin alveolos, no queremos un pan gallego o una chapata- o "especial para torrijas", puedes saltarte la espera con algunos trucos para darle esa textura más reseca.

Pan Cortado2
  • Precalienta el horno a unos 135-140ºC, con calor arriba y abajo, sin aire. Corta el pan en rebanadas del grosor deseado y distribúyelas en una rejilla o parrilla refractaria. Hornéalas entre 10 y 15 minutos, vigilando bien que no lleguen a tostarse. Déjalas enfriar por completo sobre la rejilla antes del baño de leche, siempre fría.

  • Si tienes algo más de tiempo y quieres ahorrarte el horno, o es pan del día anterior pero aún le falta un puntito más de sequedad, corta las rebanadas y déjalas sin amontonar en la parte más fría de la nevera. El frigorífico, con temperaturas muy frías pero por encima del nivel de congelación, potencia la recristalización de los almidones del pan y le quita humedad.

  • Una deshidratadora, en el caso de tenerla, también obrará su magia en el pan ya rebanado. El proceso es más lento que el horno pero menos agresivo y fácil de controlar.

  • La freidora de aire también es perfecta para esta tarea, aunque conviene usar una rebanada de prueba para controlar la potencia y el tiempo, ya que son mucho más potentes y rápidas que el horno. Comienza probando con la temperatura mínima (suelen rondar los 75-80ºC) durante 4-5 minutos. Según la precisión del modelo, podrías necesitar voltear las piezas a mitad del tiempo. Recuerda que no queremos que se tueste.

  • Con la tostadora tenemos el último recurso exprés, pero recomendamos combinarlo con algo de paciencia dejando el pan resercarse por sí solo al menos un par de horas antes. Corta las rebanadas de pan en cuanto lo hayas comprado, déjalas sobre una rejilla al aire en un lugar seco y fresco y, antes de hacer las torrijas, aplícales un toque de tostadora a potencia mínima y controlando sin cesar el punto. Rápidamente pásalas a una rejilla para que se enfríen por completo.

Torrijas Huevos

Si has usado el horno, aprovecha para dejarlo encendido al mínimo cuanto te pongas a hacer las torrijas; de este modo podrás ir dejándolas dentro a medida que las vayas cocinando hasta terminar con todo el pan. Sin contrastes de temperatura entre unas y otras, podrás ya aplicarles el acabado que más te guste y, si es el caso, servirlas templadas.

Recuerda que siempre es más recomendable hacer el remojo de leche -u otros líquidos- en frío, por mucho que en caliente se acelere el proceso. La infusión del pan será más suave y equilibrada, absorberá mejor los sabores y no se corre tanto el riesgo de romper sus fibras.

Imágenes | DAP - Javier Lastras - Unsplash
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Salsa básica de queso azul: cómo se hace, qué queso usar y 10 recetas perfectas para consumirla

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Salsa básica de queso azul: cómo se hace, qué queso usar y 10 recetas perfectas para consumirla

En el recetario de DAP podéis encontrar muchas recetas en las que hace aparición la salsa de queso azul. Todas ellas deliciosas, todas ellas distintas. Y es que esta salsa admite infinidad de variantes. El tipo de queso utilizado, el resto de ingredientes y sus proporciones, el tipo de cocción aplicado son algunos de los factores responsables de tanta variedad.

Hoy comparto mi fórmula básica de salsa de queso azul. Es sencilla y perfecta consumir tal cual o para acompañar otros alimentos: verduras, carnes, pastas, incluso pescados. Aunque también sirve como punto de partida para, según el uso que le quiera dar, elaborar otras versiones.

Esta receta de salsa de queso azul es muy fácil y rápida de hacer. Se prepara en caliente y basta con juntar sus cinco ingredientes en un cacito, calentar hasta llevar a ebullición y remover para homogeneizar. Para una textura 100% homogénea, se puede pasar por un colador/chino o triturar, pero a mi me gusta tal cual. Para comerla a cucharadas.

¿Qué queso azul utilizar?

Es muy común asociar automáticamente el queso azul con el cabrales o el roquefort, ambos extremadamente potentes, salinos e intensos. Sin embargo, hay muchos más integrantes en este grupo, todos ellos con propiedades organolépticas propias y características muy distintas.

Suaves o picantes en sabor y cremosos, terrosos o ásperos en textura, la familia de los quesos azules está integrada por grandiosas creaciones, algunas de ellas con denominación de origen protegida: cabrales, roquefort, gorgonzola, valdeón, gamoneu, bleu d'Auvergne, bleu de Bresse, stilton, entre otros.

queso azul

La oferta de queso azul existente en el mercado es extraordinariamente amplia. Con cualquiera de ellos se puede preparar una salsa exquisita. A la hora de elegir es importante conocer su punto de sabor para poder ajustar la cantidad a utilizar y que la salsa quede sabrosa, que no rabiosa.

En caso de decantarse por un queso azul de sabor intenso y fuerte, como -por ejemplo- el cabrales, conviene ser cautos con la cantidad a utilizar. Lo ideal es añadirlo poco a poco e ir probando hasta dar con el punto de sabor deseado.

Ingredientes

Para personas
  • Leche 100 g
  • Nata líquida para cocinar 100 g
  • Queso azul 100 g
  • Nuez moscada molida
  • Pimienta negra molida
  • Sal

Cómo hacer salsa de queso azul

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 7 m
  • Elaboración 2 m
  • Cocción 5 m

Para que la salsa lleve menos tiempo en estar lista, es importante que los ingredientes estén a temperatura ambiente. En un cacito introducimos la leche y la nata. Agregamos el queso azul de nuestra elección, bien desmigado.

Salsa De Queso Azul Paso A Paso
Todos los ingredientes van a un cacito al mismo tiempo

A continuación añadimos un pellizco de nuez moscada molida y otro de pimienta blanca molida. Colocamos el cacito al fuego y calentamos a fuego suave hasta que empiece a hervir. El queso se habrá fundido, de modo que apagamos y removemos con una varilla para homogeneizar.

Salsa De Queso Azul Paso A Paso 3
La salsa se homogeneiza con varilla tras alcanzar el hervor

Probamos el punto de sabor de la salsa de queso azul. Es posible que pida un poco de sal, en cuyo caso la añadimos ahora. Ajustamos también el punto del resto de especias si lo vemos necesario y ya está nuestra salsa de queso azul lista para usar.

En caliente o en frío

Podemos usar nuestra salsa en caliente como acompañamiento de (o para cocinar en ella) todo tipo de carnes, verduras e, incluso, algunos pescados como el salmón.

También la podemos usar en frío, en cuyo caso hay que tener en cuenta que espesa con el frío. Puede que sea necesario hacerla más líquida, sobre todo si la vamos a usar como aderezo de una ensalada, por ejemplo.

10 recetas perfectas para acompañar con salsa de queso azul

Imagen | Pixabay
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Cómo decorar y pintar huevos de Pascua, un plan divertido para pasarlo bien en familia en Semana Santa

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Cómo decorar y pintar huevos de Pascua, un plan divertido para pasarlo bien en familia en Semana Santa

Mientras en España desatamos nuestra fiebre por las torrijas, monas y otros postres tradicionales como pestiños, buñuelos y leche frita, medio mundo llena su Semana Santa de huevos y figuras de chocolate. Todas las tradiciones pueden convivir y la tradición de decorar huevos de Pascua es una actividad muy divertida para pasar un buen rato en familia.

Como golosa que ha crecido en una familia murciano-suiza, en mis recuerdos de Semana Santa no había ni rastro de torrijas, pero sí fiestas de Pascua pintando huevos y buscando otros tantos acompañados de chocolates, pollitos y más dulces por el jardín para llenar nuestras cestas.

Las tradiciones ligadas a los huevos tienen ya una larga historia cargada de simbolismo, y aunque en gran parte de nuestro país no se celebra el Lunes de Pascua, aún son muchas las regiones que mantienen la tradicional mona acompañada de sus huevos, que también pueden estar decorados.

Las costumbres de estas fiestas cristianas también tienen su lado más comercial y cada año nos llegan productos relacionados a las tiendas, pero también nos lo ponen cada vez más fácil para animarnos a decorar nuestros propios huevos de Pascua. Hay muchas formas de hacerlo y podemos ser todo lo creativos que nuestras dotes artísticas nos lo permitan.

Tintes naturales

Antiguamente no era fácil dar con colorantes comerciales específicos para pintar huevos y las familias recurrían a algo tan tradicional como aprovechar los recursos que la propia naturaleza daba. Si últimamente se ha reivindicado la cocina zero waste o de aprovechamiento antidesperdicio, también podemos aplicarla a decorar huevos de Pascua.

Pintando

Hay que tener en cuenta que los tintes naturales rara vez serán tan intensos y llamativos como los comerciales, por lo que en este caso es especialmente recomendable contar con huevos blancos. Se pueden teñir siguiendo diferentes métodos, con o sin vinagre. Estos son los colores más fáciles de obtener, para un litro de infusión que nos permite teñir unos 8-10 huevos, según tamaño:

  • Remolacha. Se puede usar zumo comercial, el líquido de una conserva cocida o licuado casero de remolacha cruda. Suele dejar un color marrón oscuro con tonos rojizos. Si tenemos remolacha cruda podemos aprovechar las hojas y tallos para la infusión.
  • Piel de cebolla. Necesitamos una buena cantidad, de al menos 8-10 pieles de cebolla corriente de color marrón. Tiñe los huevos de marrón rojizo o pardo claro.
  • Cúrcuma. Cuatro cucharaditas colmadas para tonos amarillentos o tipo arena.
  • Col lombarda. Cuatro hojas cortadas en juliana fina teñirán los huevos de colores azulados.
  • Café instantáneo. Necesitamos unos 100 g de café, que puede ser descafeinado, para obtener huevos teñidos de tonos marrones y pardos claros.
  • Flor de hibisco. En seco, comercializada para infusiones, tres o cuatro cucharadas nos proporcionan un atractivo color oscuro entre antracita y rojo muy intenso.
  • Azafrán. Una cucharadita de hebras puede ser suficiente para teñir un litro de agua de tonos entre dorados y anaranjados; depende de la calidad y frescura de la especia.
Huevos Pintados

En todos los casos hay que partir de huevos viejos -no caducados, de al menos 7-8 días-, y hacer una infusión de cada ingrediente. Para ello llevaremos el agua a ebullición y cociendo después con el producto elegido a fuego muy suave, sin hervir, durante un mínimo de 10 minutos, mejor hasta 30 minutos a fuego muy suave. Se pueden seguir tres procedimientos:

  • Colar cada baño de tinte y cocer en él los huevos, procurando que estén a temperatura ambiente para no romperse, a fuego medio, 10-12 minutos. Sacar los huevos y dejar enfriar el tinte. Volver a sumergir los huevos y dejar toda la noche en la infusión fría.

  • Añadir tres cucharadas de vinagre blanco alimentario a cada baño de tinte y cocer los huevos como se ha descrito en el paso anterior. En este caso no se deben dejar después sumergidos toda la noche.

  • Cocer los huevos antes en agua normal, por separado, y añadir un chorrito de vinagre a cada mezcla de tinte antes de hacer la infusión. Dejar enfriar ligeramente, colar y sumergir los huevos ya cocidos. Tapar y dejar unas cinco horas o toda la noche.

Salvo que se conserven en la nevera, se recomienda no consumir huevos que hayan pasado más de tres días cocidos, menos aún en ambientes muy cálidos o húmedos. Para darles mayor brillo se puede frotar la cáscara, suavemente, con aceite vegetal, aceite de coco o manteca.

Hojas y otros adornos

Para subir de nivel los huevos decorados podemos adherir pequeños adornos como flores y hojas frescas, procurando que sean aptas para el consumo y estén bien limpias. Podemos usar flores comestibles de las que ya se venden en comercios o propias nuestras, y también aprovechar hierbas aromáticas como hojas de perejil, eneldo o cilantro, las hojitas de las fresas, de zanahoria, etc.

Huevos Azules

Solo hay que cocer los huevos, dejar que se enfríen ligeramente y adherir a la cáscara el adorno elegido usando un trozo de media, procurando que quede bien prieta haciendo un nudo en la tela sobrante. Después podemos teñir los huevos siguiendo los métodos descritos anteriormente, retirando la media al final del proceso.

También se puede jugar con la decoración de objetos pequeños con formas intrincadas como bordados, pañuelos de seda, cordones, etc.

Tintes y rotuladores para huevos cocidos

Pintando2

Mucho más sencillos de usar son los tintes y pinturas comerciales que ya venden específicamente para la decoración de huevos de Pascua. Son muy populares y comunes en otros países, particularmente en centroeuropeos como Alemania y Suiza, y también escandinavos. En mi caso nos llegaban directamente desde Suiza a través de la familia, aunque hoy son mucho más fáciles de comprar en España gracias, sobre todo, a la venta online.

La mayoría de marcas son alemanas y ofrecen diferentes acabados y tonos, desde colores planos básicos, hasta efectos marmolados o como de telas de fieltro. No son excesivamente caros y resultan muy sencillos de utilizar, con pocas diferencias entre unos fabricantes y otros. Normalmente se indica usar huevos ya cocidos, y preferiblemente blancos para obtener resultados mucho más vivos e intensos.

Eierfarben HEITMANN Pintura para huevos de colores vivos – 5 colores líquidos fríos – Pascua – para pintar huevos de pascua, color verde, azul, amarillo, naranja, rojo, 4062196077958_SML

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Heitmann - Pinturas para huevos de pascua (5 colores fríos líquidos, sin azoicos, colores de mármol)

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Heitmann - Colores para Huevos de Pascua (5 líquidos, con pañuelo de Fieltro), Multicolor

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Huevos Caras

Otra opción que se puede combinar con los tintes o con las pinturas y decoraciones que hayamos aplicado manualmente, es la de los rotuladores. Quizá es de las más recomendables para los niños que ya disfruten dibujando normalmente en casa o el colegio, y hay menos riesgo de llenar todo de manchas, como sí ocurre con los tintes.

Podemos usar cualquier rotulador de uso alimentario, como los que se encuentran todo el año en tiendas especializadas para decorar, por ejemplo, galletas glaseadas, pero será más práctico adquirir un set concreto para huevos de Pascua. Los hay de colores y también el sencillo rotulador negro, con el que podemos hacer dibujos simples como caras divertidas.

JOLIGAEA 12 PCS Rotuladores Comestibles, Colores Alimentarios Para Hornear Plumas, 10 Colores Rotuladores Galletas, Doble Punta para la Decoración de Pasteles,Huevos de Pascua

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Heitmann Huevos Colores 60008 – malstifte para Pintar de Pascua, Juego de 6

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Pegatinas

Pegatinas

Aún más fácil nos lo ponen los conjuntos de pegatinas de Pascua, que no difieren demasiado de las que podemos encontrar en tiedas de papelería y manualidades todo el año. En este caso se presentan hojas con diseños y figuras específicas de la fiesta de Pascua y pueden combinarse con los huevos ya pintados o decorados con tintes.

Hay que fijarse bien en el tamaño indicado porque suelen ser pegatinas pequeñas, ya que están pensadas para poder combinar muchas en el mismo huevo, o decorar huevos pequeños de plástico y madera, y también para otras manualidades de Pascua, como tarjetas y demás.

Naler 20 Hojas de Pegatinas Infantiles Manualidades Pegatinas Pascua DIY Decoración

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LIHAO 8 Hojas de Pegatinas de Pascua Patrones de Huevos Conejitos Pascua Pegatinas para Bricolaje Niños Decoración de Pascua

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Siempre podemos diseñar nuestras propias pegatinas o imprimir plantillas y dibujos que encontremos por las redes -en inglés hay multitud de recursos gratuitos- usando papel adhesivo. En las copisterías pueden imprimirlos en ese papel con un acabado más profesional si no tenemos impresora adecuada.

Telas, papel y más decoupage

Huevos Flores

La técnica del decoupage es muy popular entre los aficionados a las manualidades y los proyectos de decoración artesanales. Consiste, básicamente, en adornar objetos y superficies con recortes de otros materiales, generalmente telas y papel decorativo.

Si tenemos maña puede dar resultados muy atractivos en los huevos de Pascua, aunque se emplea más con huevos de materiales no comestibles (madera, plástico, poliestireno...) o cáscaras vacías, ya que complica la tarea de pelarlos para comerlos, y puede ser una pena romperlos.

Mod Podge (900112/301), 236ml 8 oz. Matt, Color Blanco, 236 ml

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Podemos emplear cualquier pegamento o cola específica de esta técnica, siendo la más popular quizá la marca Mod Podge. Con acabado mate o brillante, permite adherir con gran precisión y un acabado fino y limpio pedazos de telas, papel pintado, papel de periódico o revistas, de regalo, pinocho, charol o crepé, etc.

Algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.

Imágenes | Unsplash
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Cómo hacer salsa castellana para carnes, la receta que funciona como salsa y como guarnición

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Cómo hacer salsa castellana para carnes, la receta que funciona como salsa y como guarnición

Hoy queremos hablaros de una salsa muy peculiar, perfecta para acompañar recetas de carnes, y que es muy versátil ya que sirve tanto como salsa como para guarnición. Se trata de la receta de salsa castellana, muy utilizada en tierras andaluzas, en especial como acompañamiento de recetas de pollo o de carne de cerdo ibérico con las que combina estupendamente.

Es una receta muy sencilla y que se elabora en poco más de media hora, con ingredientes de los que tenemos habitualmente en la despensa, por lo que os animamos a probarla cuando hagáis una chuleta de cerdo, o tengáis unas sobras de pollo o de otra carne asada. Os va a sorprender mucho cuánto anima esos platos, aparentemente carentes de mucho sabor.

Además, podéis utilizarla para completar recetas de carne en salsa, sobras de carne del cocido, o para acompañar cualquier plato empanado como croquetas o filetes de pollo. La salsa castellana con sus tropezones va muy bien con todos estos platos.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Cebolla (grande) 1
  • Champiñones 350 g
  • Bacon (o jamón), en taquitos 200 g
  • Sal y pimienta al gusto
  • Vino tinto 50 ml
  • Caldo de carne 150 ml
  • Aceite de oliva virgen extra tres o cuatro cucharadas soperas
  • Dientes de ajo fileteados 2
  • Laurel (opcional) 1 hoja
  • Sofrito casero 1 cucharada sopera

Cómo hacer salsa castellana perfecta para guarnición de recetas de carne

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 30 m
  • Elaboración 5 m
  • Cocción 25 m

Picamos la cebolla en juliana y la ponemos a sofreír a fuego lento en la sartén con un poco de aceite. Añadimos los ajos fileteados. Mientras se van haciendo, limpiamos y laminamos los champiñones cortando después las láminas más grandes por la mitad.

Cuando la cebolla esté pochada y transparente, agregamos los champiñones y los cocinamos hasta que se doren. Incorporamos el bacon o el jamón previamente cortado en tiras o taquitos. Salteamos un par de minutos y agregamos el vino tinto, subiendo el fuego para que evapore el alcohol.

Seguidamente añadimos la cucharada de sofrito casero y mezclamos bien. Añadimos el caldo casero de carne o de pollo, mezclamos bien y llevamos a ebullición dejando cocer a fuego medio durante unos 25 minutos en total. Probamos y rectificamos de sal y pimienta si fuera necesario.

Salsa Castellana Pasos Pakus Futurobloguero En Dap

Reducimos hasta conseguir una textura cremosa o densa en la salsa, similar a la de las fotografías. Si fuera necesario, podéis espesarla dejando cocer más tiempo, o añadir una pizca de maizena desleída en leche fría. Si fuera necesario podríais aligerarla añadiendo un poco más de caldo, si os quedase demasiado espesa.

En qué recetas puedes utilizar la salsa castellana para carnes

Cuando tengas preparada nuestra receta de salsa castellana para carnes, verás qué fácil es darle usos, sobre todo con sobras de otras recetas. Si te quedó un poco de pollo asado, si preparaste un lomo de cerdo a la sal o si hiciste unas pechugas de pollo a la plancha, puedes revivirlas con esta guarnición de manera muy sencilla.

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Cómo cortar y preparar las fresas y fresones para diferentes usos y en qué recetas utilizarlas

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Cómo cortar y preparar las fresas y fresones para diferentes usos y en qué recetas utilizarlas

Fresas y fresones siguen siendo la fruta que mejor representa la primavera, por mucho que su temporada se adelante y alargue cada vez más año a año. Si elegimos las más dulces, y las conservamos correctamente, podremos disfrutarlas sin más al natural, pero aplicando el corte adecuado se convierten también en un ingrediente delicioso y vistoso para multitud de recetas dulces y saladas.

Es también una de las frutas más apreciadas en la repostería por el juego que dan a la hora de decorar todo tipo de elaboraciones golosas, sea o no la fresa su ingrediente principal. Si las bayas y frutos del bosque se suelen disponer tal cual, la fresa y el fresón permiten diferentes cortes en función de su tamaño que añaden ese toque decorativo tan llamativo y sugerente que siempre combina muy bien con cualquier otro ingrediente, por ejemplo chocolate, queso, nata o crema pastelera.

Para sacarles el máximo partido y aprovechar toda la fruta en cualquier receta, recopilamos a continuación algunos de los tipo de corte más básicos, populares y versátiles que podemos aplicar en función de la receta o uso. Sin que eso nos impida cortarlas como nos venga en gana dejando sacar nuestro lado más creativo, por descontado.

Cómo preparar las fresas antes de cortarlas

Recordemos que esta fruta es muy delicada y conviene comprar la cantidad precisa que necesitemos o queramos consumir en poco tiempo, pues a partir de las 24 horas en casa comienzan a deteriorarse y perder lozanía y frescura. Aquí detallamos cómo elegirlas y la mejor manera de conservarlas, siempre en la nevera, sin lavarlas ni cortarlas.

Lavando Fresas

Solo cuando las vayamos a usar o degustar, llega el momento de prepararlas. Lo primero será seleccionar las piezas que más nos interese emplear, desechando las que tengan posible moho o signos de pobredumbre, y lavarlas con agua fría suavemente, pudiendo aplicar algún producto específico de desinfección si lo creemos conveniente.

Lo más fácil es hacerlo directamente bajo el grifo, en un colador, sin aplicar mucha presión, o sumergiéndolas en un recipiente con agua y frotándolas delicadamente. Después se escurren muy bien y se deben secar con un paño limpio o papel de cocina, procurando que no quede nada de humedad.

Fresas Laminadas

El rabito o pedúnculo formado por el penacho de hojas verdes se puede comer sin problemas, siempre que estas luzcan verdes y frescas, en cuyo caso contrario querremos retirar. Y no todas las recetas son adecuadas para preparar con esas hojitas.

Algunas fresas firmes y más pequeñas se pueden deshojar al estilo de las cerezas, introduciendo una pajita o brocheta en el otro extremo, pero no siempre funciona. Será más fácil retirar ese pedúnculo girándolo con la mano y tirando suavemente. Después solo hay que cortar la base descubierta, más dura y con restos fibrosos, con un cuchillo tipo puntilla, cortando en forma circular en una inclinación de unos 45º, solo hasta donde comienza la carne rosa de la fruta.

Fresas Cortando

O, si tenemos prisa o poca mañana, podemos sencillamente cortar los topes directamente rebanando la cabeza de la fresa con un cuchillo; el problema es que podemos desperdiciar fruta y no nos quedará tan bonita para decorar.

Tipos de corte

Mitades o cuartos

Una vez retirado el pedúnculo, o con él, el corte más fácil consiste en atravesar la fresa directamente por la mitad desde arriba hacia abajo, para dividirla en dos partes aproximadamente idénticas.

Tarta Fresas

Este corte tan básico nos permite disponerlas boca abajo para decorar postres como tartas o pasteles grandes, o elaboraciones más individuales en piezas sueltas, con una disposición radial armónica o como más nos plazca. Lucirán mejor con una gelatina de brillo para frutas, almíbar o mermelada de albaricoque clarificada.

Si son muy grandes y queremos, por ejemplo, decorar unos cupcakes o algo similar con más elegancia, podemos cortar cada media fresa por la mitad, para obtener cuartos más finos, perfectos para añadir a platos como ensaladas.

Cubos o dados

Lo más fácil para trocear las fresas en piezas pequeñas tipo cubo o pequeños tacos es partir del corte por la mitad descrito anteriormente, dejando la fresa sin separar, y seguidamente cortarla de nuevo girando la pieza para atravesar el cuchillo transversalmente.

Fresas Cubitos Vasitos

Este corte es apropiado para servir las fresas al natural, macedonias, ensaladas, mermeladas, compotas, batidos o smoothies, para congelarlas o para postres más cremosos de cuchara, como unas fresas romanoff con nata, una pavlova o un triffle en capas. Si son fresones grandes y muy alargados, se pueden trocear las piezas en unidades más pequeñas.

Láminas

En este caso será más sencillo, y menos peligroso en el manejo del cuchillo, retirar el tope superor de la fresa con un corte recto, para que podamos apoyarla boca abajo con seguridad sobre la tabla.

Fresas Mitad Tarta

En función de nuestras necesidades, gusto o maña, podremos sacar láminas más o menos finas. Podremos ser más precisos si el cuchillo está bien afilado y la fresa es firme y crujiente. Salvo que tengas mucha habilidad, se recomienda no hacer los cortes, paralelos y en perpendicular al corte de la cabeza, con demasiada velocidad.

Las láminas son perfectas también para decorar tartas, copas o pasteles, colocando las piezas muy juntas, solapándose un poco, formando círculos radiales si la superficie es redonda, o líneas paralelas si es cuadrangular. Además de en plato se puede hacer una vistosa forma disponiendo la parte superior más hundida en el pastel o crema, con las puntas ligeramente hacia arriba.

En abanico

Tarta Yogur

Con algo más de maña, y siempre con un cuchillo afilado y de hoja fina, podemos aplicar un corte de láminas paralelas directamente sin cortar el rabito o pedúnculo, boca abajo. Hay que tener cuidado en no llegar a cortar cada lámina del todo, pues queremos que queden adheridas a esa base (cabeza, en realidad).

Una vez hayamos cortado todo el cuerpo, sin desprender las láminas, hay que deslizarlas suavemente para formar una especie de abanico o escalera. Este corte es perfecto para coronar postres más pequeños o individuales con una sola pieza, según el tamaño de la fresa.

3 Claveles - Cuchillo de Verduras Forjado, Pulido Mate, Acero Inoxidable, línea Toledo - (9cm - 3,5")

3 Claveles - Cuchillo de Verduras Forjado, Pulido Mate, Acero Inoxidable, línea Toledo - (9cm - 3,5")

Zwilling Four Star - Cuchillo puntilla con Hoja forjada de una única Pieza Sigmaforge, Hoja endurecida al frío Friodur, 80 milímetros, Acero Inoxidable

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Corazón

En este corte es casi imprescindible que el cuchillo que usemos sea tipo puntilla, afilado, apuntado, pequeño y manejable. Lo primero es retirar el pedúnculo como hemos descrito al principio, girando y tirando con las manos, para después hacer un corte en esa parte superior en forma de V, ligeramente redondeada.

Fresa Corte Corazon

Puede ser más fácil hacer la forma de corazón si cortamos la fresa primero por la mitad; es cuestión de practicar hasta dar con la técnica. Se pueden ir perfilando las curvas típicas del corazón sobre la marcha, un poco a ojo; dependiendo del tipo de fresa nos quedará más o menos aparente. Lucen mejor las piezas de tamaño medio, con forma de lágrima y puta inferior más afilada.

Podemos bañarlas en chocolate o atravesarlas con una brocheta para decorar con estos dulces corazones cualquier postre con un toque romanticón, como si fuera una flecha de Cupido, o coronando cócteles y otras bebidas, incluso copas de helado o smoothies.

Rosa

Ramo

Este último corte también requiere cierta práctica y maña. Con la fresa completa, idealmente conservando las hojitas bien lustrosas, hay que disponerla boca abajo sujetándola desde la cabeza con el vértice hacia arriba, usando las manos o introduciendo una brocheta.

La idea ahora es hacer cortes en su cuerpo que simulen los pétalos de una rosa. El primer paso es hacer cuatro o más cortes, con la hoja en ligero ángulo como sacando pequeñas lonchas, sin separarlas de la fruta, alrededor de la base, para luego ir realizando cortes más pequeños, subiendo poco a poco hacia arriba, en círculos concéntricos.

El segundo nivel de corte se debe hacer en los espacios que han dejado los cuatro primeros "pétalos" de la primera capa. Finalmente hay que abrir con suavidad los cortes hacia afuera para que recuerden a la forma de una rosa abierta. Además de usarlas para decorar cualquier tarta, postre, gofres o tortitas, con unas cuantas rosas de fresa podemos formar un ramo muy vistoso.

Imágenes | iStock - Unsplash - Marco Verch
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Barbacoas perfectas con la temperatura precisa: cómo lograr el punto perfecto de carnes y pescados con un termómetro digital

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Barbacoas perfectas con la temperatura precisa: cómo lograr el punto perfecto de carnes y pescados con un termómetro digital

La temperatura es un factor al que no se suele dar el valor que merece en la cocina, pese a que juega un papel crucial tanto durante la cocción como en la degustación de alimentos y bebidas. Y a la hora de dominar la técnica de la barbacoa o parrilla, dar con la temperatura perfecta puede marcar la diferencia entre un resultado aceptable o un festival de sabores y texturas.

Sabemos que aplicar una temperatura muy elevada durante un tiempo breve permite marcar, dorar o tostar los alimentos creando costras más crujientes y potenciando la reacción de Maillard, pero también impide que el interior del alimento se cocine antes de quemarse por fuera -un error habitual en los bizcochos cuando el horno no está bien calibrado-. Y que la baja temperatura prolongada logra el efecto contrario, cocciones suaves, texturas tiernas y liberación de jugos y grasas.

Termometro Bbq2

Por mucho que la cocina se perfecciona con la experiencia y la intuición, conocer la temperatura del interior de los alimentos permite acertar con precisión el punto exacto, algo importante tanto a nivel gustativo como de seguridad alimentaria. Si tenemos poca experiencia cocinando sobre brasas, un termómetro puede ser el pinche de cocina más valioso cuando montemos barbacoas en casa.

Evidentemente, no a todo el mundo le gusta la carne, el pescado o la verdura con el mismo punto de cocción. Pero sí es cierto que hay un espectro gastronómicamente más aceptado en el que se considera que cada producto ofrece sus mejores cualidades organolépticas. Y, por mucho que uno sea defensor del "poco hecho", hay niveles de crudo que no deberíamos sobrepasar si no queremos correr riesgos sanitarios.

Un novato de la barbacoa siempre teme que la comida se pase demasiado o que quede poco cocinada por dentro. Y no olvidemos el ya mencionado clásico terror del cocinero aficionado: exterior carbonizado, interior crudo. Cortar un chuletón en medio de las brasas para comprobar el punto no es una opción muy recomendable; mejor confiar en un buen termómetro que incluso puede avisarnos al conectarse con el teléfono móvil, como podemos hacer con el Meater.

MEATER Plus | 50m Termómetro inalámbrico inteligente para carne para el horno, parrilla de cocina, barbacoa, ahumador, asador con Bluetooth y conectividad digital WiFi

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Temperaturas mínimas más seguras

Aunque las temperaturas de cocción mínimas consideradas seguras para diferentes alimentos difieren ligeramente entre los países e instituciones, se consideran los 70-80ºC como la media básica general para recordar siempre.

Termometro

Estas son las temperaturas que recomienda la AESAN tras la última revisión del Comité Científico del organismo:

  • Carnes. Se recomienda alcanzar una temperatura de 70°C en el centro del alimento durante al menos 1 segundo durante el cocinado (o tratamiento equivalente).
  • Aves. Pollo y pavo jamás se deben consumir si no están completamente cocinados. Se recomienda que la temperatura sea de 74-75°C durante al menos 1 segundo.
  • Pescado. Se recomienda alcanzar una temperatura de 68°C durante al menos 15 segundos en el centro del producto.
  • Pescados rellenos. La temperatura a alcanzar en el centro del producto debe ser de 74ºC durante al menos 15 segundos.
  • Moluscos crudos. El cocinado debe realizarse a 90°C durante al menos 90 segundos en agua hirviendo (o tratamiento equivalente).
  • Platos que contengan huevo. La temperatura interna adecuada para el cocinado es de 70°C durante al menos 2 segundos (o tratamiento equivalente), para no requerir el uso de ovoproductos pasteurizado.
  • Huevos de consumo inmediato. Se recomienda realizar el cocinado de forma que en el centro del producto se alcancen 63°C durante al menos 20 segundos, siendo aplicable a preparaciones como huevos fritos y tortillas que, de forma cotidiana, pueden no llegan a cuajar completamente.
  • Vegetales. Se considera adecuada la combinación de 70°C durante al menos 2 minutos en el centro del producto.
ThermoPro TP02S Termómetro Cocina de Lectura Instantánea en 5 Segundos Termómetros Alimentos Digital con Sonda Larga para Carne Barbacoa Comida Liquidos Aceite Agua

ThermoPro TP02S Termómetro Cocina de Lectura Instantánea en 5 Segundos Termómetros Alimentos Digital con Sonda Larga para Carne Barbacoa Comida Liquidos Aceite Agua

Las temperaturas precisas para una barbacoa

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Con las recomendaciones de seguridad presentes, pasamos a continuación a desglosar los productos más frecuentes de cocinado en una barbacoa o parrilla con el rango de temperaturas recomendado para lograr los mejores resultados. Hay que recordar que las carnes, sobre todo las de ternera o vacuno y los cortes más grandes, se deben retirar unos grados antes de llegar a la temperatura óptima porque seguirán concinándose durante el reposo.

Los mejores termómetros para este menester son los digitales de lectura instantánea; los que incorporan sondas de quita y pon serán más versátiles, y aún más útiles resultan los que tienen alarma programable.

ThermoPro TP17 Termómetro Cocina Digital de Doble Sonda con Modo Temporizador Termómetros de Barbacoa con Grande Retroiluminación de LCD para BBQ Carne Alimentos Líquido Parrilla Horno

ThermoPro TP17 Termómetro Cocina Digital de Doble Sonda con Modo Temporizador Termómetros de Barbacoa con Grande Retroiluminación de LCD para BBQ Carne Alimentos Líquido Parrilla Horno

  • Carne de ternera, vacuno y cordero en general. Poco hecho o prácticamente solo sellado (rare) 49-54°C; algo más hecho pero aún crudo por dentro (medium rare) 54-57°C; en su punto (medium) 57-63°C; en su punto bien hecho (medium well) 63-68°C; muy hecho (well done) 68°C y temperaturas superiores.

  • Carne de cerdo en general. En su punto bien hecho (medium well) 63°C; muy hecho (well done) 66°C y temperaturas superiores.

Tbone
  • Filetes de vacuno. Depende del tipo de corte y su calidad, pero en general nos referimos a piezas de cierto grosor y no a los típicos filetes finos de plancha, como entrecot, solomillo o chuletones. Para obtener el punto de poco hecho, con el interior ligeramente crudo (medium rare) y jugoso, se aconseja retirar la pieza de la parrilla al alcanzar los 53°C, un par de grados más si se prefiere algo más hecho. En función del grosor habrá que dejarla reposar entre 3-8 minutos para que suba un poco más la temperatura interna y esté perfecto.

  • T bone steak. Esta pieza de vacuno es muy popular en Estados Unidos precisamente para la barbacoa; el hueso separa parte de solomillo y de entrecot, siendo un corte carne de gran calidad. Se recomienda cocinar hasta los 55–57°C para obtener un punto con el interior ligeramente crudo (medium rare) y 58–62°C para cocinarlo al punto totalente cocido por dentro, pero jugoso. La clave está en retirar la pieza de las brasas cuando falten 6ºC antes de llegar a la temperatura elegida, y dejarlo reposar 3-5 minutos.

ThermoPro TP610 Termometro Cocina Alimentos con Sonda de Temperatura y Cable Largo con Alarma, Abrebotellas y Retroiluminación para Horno Barbacoa Carne Parrilla Aceite Agua Leche

ThermoPro TP610 Termometro Cocina Alimentos con Sonda de Temperatura y Cable Largo con Alarma, Abrebotellas y Retroiluminación para Horno Barbacoa Carne Parrilla Aceite Agua Leche

  • Picaña. Este corte, al ser más grueso, se recomienda cocinar primero sobre llama indirecta hasta los 46°C, para después sellar la pieza por fuera, girándola cada minuto, hasta llegar a los 51–53°C en el interior, dejándola reposar 2-3 minutos. Si te gusta más hecha, sube algún grado más.

  • Pechugas de pollo. Esta carne tan magra se debe cocinar entera, no en filetes, y preferiblemente bien cubierta de un marinado o adobo o aceite aromático con hierbas y especias, engrasando además bien el grill. Se recomienda cocinar a alta temperatura directamente sobre la fuente de calor o llama, dejándola varios minutos al principio antes de girarla, dándole la vuelta las veces que sea necesario hasta que en el interior se alcancen los 68°C. Es suficiente con dejarla reposar uno o dos minutos.

  • Solomillo de cerdo. Otra pieza magra que puede quedar demasiado seca si nos pasamos de cocción, y que no se recomienda tampoco dejar medio cruda por dentro. Primero es aconsejable igualar el grosor externo con un martillo de carne y después marinarla bien durante algunas horas, además de poder incluir la opción de cubrirla con una mezcla de especias o rub. La temperatura máxima aconsejable de cocción es de 63°C; por encima es más probable que se nos quede pasado.

  • Chuletas de cerdo. Para la barbacoa deben ser piezas bien, bien gruesas, nada de los cortes que haríamos a la plancha. La clave aquí está en controlar constantemente la temperatura para no sobrepasar los 60ºC. Primero se deben cocinar en la zona menos caliente, sobre fuego indirecto, hasta unos 53-54ºC, y luego marcar el exterior sobre la zona más caliente de llama solo hasta los 60ºC.

Weber Connect Smart Grilling Hub Grill, negro

Weber Connect Smart Grilling Hub Grill, negro

  • Costillas de cerdo o ternera. Intenta primero quitar la membrana blanca que suele recubrir la parte superior; si no sale fácilmente, haz unos cuantos cortes en cruz con un buen cuchillo afilado por toda ella. Para que el aderezo de especias o rub se adhiera bien, puedes cubrir la carne con mostaza, salsa barbacoa, yogur o incluso un poco de mayonesa o simple aceite. Tras embadurnar bien la pieza, cocínala a la barbacoa, mejor con un ahumador, a 135°C hasta alcanzar 70-71°C. Luego cúbrela con papel de aluminio y continúa la cocción hasta los 95°C internos. Puedes dejar el costillar secar un poco sobre el grill ya destapado en una zona menos caliente.

  • Hamburguesas. Depende un poco del tipo de carne y las mezclas usadas, pero lo recomendable es que se alcancen los 70-71°C internos para que sean seguras de comer. Si picas tu propia carne, puedes cocinarlas con más seguridad dejándolas menos hechas, hasta los 55–60°C, extremando precauciones. El mejor método es el de las dos fases: primero se cocinan tapadas en la zona menos caliente hasta los 57-60°C; luego se terminan de marcar más a fuego hasta los 70-71ºC finales.

Salmon
  • Filetes de pescado. Tanto para comer tal cual o para hacer tacos y demás, lo ideal es usar piezas gruesas y firmes de pescados como atún y bonito, emperador o pez espada, mahi-mahi o una buena merluza, halibut o mero. Ganarán mucho con un marinado o adobo y se deben cocinar sobre una parrilla bien engrasada con aceite, dejando que se caliente bien antes de poner la pieza. El pescado se voltea varias veces tras un primer cocinado de unos 3-4 minutos, hasta alcanzar los 49-52°C.

  • Salmón sobre madera de cedro. Las plank cedar son un accesorio muy recomendable para las barbacoas, especialmente si nos gusta el salmón con toques ahumados. Primero se debe dejar la madera a remojo para evitar que se queme, unas dos horas, y luego es recomendable calentar la barbacoa hasta los 191–204°C. Lo ideal es cocinar el pescado tapado para potenciar el ahumado, colocando el termómetro, si tiene alarma, para que suene a los 52°C, nunca por debajo, salvo que haya estado congelado al menos 72 horas.

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Algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.

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Cómo hacer nigiri (o nigirizushi): todo lo que necesitas saber para hacerlos en casa y que te salgan perfectos

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Cómo hacer nigiri (o nigirizushi): todo lo que necesitas saber para hacerlos en casa y que te salgan perfectos

No nacemos enseñados y, aunque el sushi irrumpió en el panorama gastronómico español hace muchos años, todavía puede que haya alguien en la sala que no sepa lo que es o que tenga una concepción equivocada del término. Algo mucho más común de lo que pensamos.

En España (y en muchos otros países) usamos la palabra sushi para referirnos a todo tipo de preparaciones japonesas basadas en el pescado crudo, pero este no es más que un término genérico. Existe una extensa variedad y estilos de este plato y el nigiri o nigirizushi, protagonista del día, es uno de ellos.

Lo cierto es que el vocablo designa específicamente a cualquier plato en el que se emplea el arroz avinagrado. Como definición general, el sushi se basa en la combinación de este arroz y pescado crudo. Aunque existen excepciones con pescado cocinado, mariscos, vegetales, tortilla y otros ingredientes.

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Fuente con sushi variado listo para consumir

En la actualidad se ha convertido en el producto más internacional de la cocina japonesa, incorporadísimo a nuestras dietas y consumido de forma habitual en nuestro país. Existen más de 30 variedades de sushi, pero los más populares son el maki, futomaki, hosomaki, uramaki, kazari sushi, temaki, nigirizushi, gunkanzushi, inarizushi, oshizushi y chirashizushi.

Las distintas formas y elementos en la composición del sushi hacen de este plato un espectáculo para la vista y el paladar. Ideal para lucirse con los invitados, hacer sushi casero no es difícil, aunque requiere paciencia y práctica para que salga perfecto, así como planificación a la hora de meterse en faena.

Nigiri o nigirizushi: el más adecuado para estrenarse con el sushi casero

Si os llama la atención y os apetece intentarlo, recomendamos empezar por el nigiri o nigirizushi: un óvalo de arroz de sushi sobre el que se coloca una lámina de pescado, marisco, tortilla u otros ingredientes. A veces se cierra con una fina tira de alga nori (a modo de cinturón) para sujetar los ingredientes que sobresalen demasiado.

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Nigiris variados

Los nigiris más comunes son los de pescado, especialmente de salmón y de atún. Pero no todos los ingredientes que coronan el óvalo de arroz provienen del mar. También hay nigiris vegetales (aguacate, pepino, pimiento,...), de tortilla, de carne (muy comunes en la cocina nikkei) y de lo que la imaginación disponga.

Los hay también de pescado soasado, perfectos para quienes no son amantes del pescado crudo, habituales en casi todos los restaurantes japoneses. En algunos casos por necesidad, como es el nigiri de pulpo o de anguila, dos productos que requieren de cocción para consumir.

Ingredientes

Para 6 unidades
  • Arroz para Sushi 100 g
  • Salmón fresco 120 g
  • Jengibre marinado (para servir)
  • Salsa de soja (para servir)
  • Wasabi (para servir)

Cómo hacer nigiri o nigirizushi de salmón

Dificultad: Media
  • Tiempo total 25 m
  • Elaboración 25 m
Nigiri Ingredientes listos para hacer el arroz de sushi

Lo primero que hay que hacer es tener listo el arroz para sushi unos 30 minutos antes del montaje de los nigiri. No ha de estar caliente, pero tampoco frío. De hecho no conviene meterlo en la nevera, pues se seca y pierde elasticidad.

No os vamos a aburrir con la receta, no queremos que este post sea interminable. Podéis ver consultar los detalles y el paso a paso en nuestro post, aunque os adelantamos cuáles son los ingredientes necesarios: arroz para sushi, agua, azúcar, sal y vinagre de arroz.

Nigiri Sushi El arroz para sushi ha de lavarse bien antes de la cocción

Justo antes de montar los nigiri laminamos el pescado elegido, que tendremos en la nevera hasta este momento. Hay que tener en cuenta que esta es una elaboración en la que el pescado se consume crudo y es clave respetar las normas de seguridad alimentaria.

En nuestro caso hemos usado un lomo de salmón, es el pescado que nos resulta más cómodo de manipular. Es clave usar un buen cuchillo, de hoja larga y bien afilado, para poder hacer un corte limpio y de una sola pasada, de un grosor de 1/2 cm aproximadamente.

Si las láminas de salmón quedan demasiado anchas o largas, las podemos ajustar más tarde cuando hayamos formado los óvalos de arroz. Mientras tanto las cubrimos con papel film para que no pierdan jugosidad al contacto con el aire.

Nigiri Sushi Montaje de los nigiri sushi de salmón

Una vez elaborado el arroz con su correspondiente atemperado, preparamos la mesa de trabajo con todos los elementos necesarios para el montaje de los nigiris: el arroz, el wasabi y el pescado recién laminado. A esto le sumamos un cuenco con agua tibia, necesaria para humedecer las manos y trabajar el arroz sin que se quede pegado a ellas, y un paño de cocina.

Con las manos humedecidas tomamos aproximadamente 20 gramos de arroz. Lo colocamos en la base de los dedos, donde se unen con la palma de la mano, y con el dedo pulgar de la misma mano sujetamos suavemente el arroz. Presionamos con los dedos pulgar y anular de la otra mano damos forma a los lados del nigiri.

Después redondeamos ligeramente los extremos, para que queden curvos, rotamos la pieza de arroz y repetimos la operación dos veces más. Es importante que no quede ni muy suelto para que no se desmorone, ni muy prensado para que no resulte denso.

Nigiri Sushi Nigirizushi de salmón caseros listos para consumir

Una vez listos los óvalos de arroz cubrimos cada uno de ellos con una tira de pescado (salmón en este caso). Podemos untarla ligeramente con wasabi, por la cara que irá en contacto con el arroz, o colocarla tal cual. Servimos inmediatamente acompañados de salsa de soja, jengibre marinado, tiras de rábano picante, alga wakame, etc.

Al mojar en la salsa de soja, hay que voltearlos ligeramente para que solo se moje el pescado, procurando no pasarnos para no perder el sabor del pescado. Se introduce en la boca con el pescado en la parte inferior para que entre en contacto con la lengua y el disfrute sea total.

Kai Europe Shun - Cuchillo para Tomates, 15 centímetros

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Con qué acompañar el nigiri o nigirizushi de salmón

No se nos ocurre mejor acompañamiento para el nigiri o nigirizushi de salmón que otras variedades de sushi sobre la mesa, con cuencos de soja, cebolla encurtida, rábano picante y un poco de wasabi. Y para los amantes de las algas incluimos también una ensalada de alga wakame.

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Los trucos de Arguiñano para mejorar los pimientos del piquillo de lata o tarro

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Los trucos de Arguiñano para mejorar los pimientos del piquillo de lata o tarro

Siempre merece la pena tener algunos pimientos del piquillo en la despensa como producto básico de reserva. Además de ser la base de suculentas recetas, apañan en un santiamén un aperitivo exprés, una guarnición o una ensalada. Pero, como bien sabe Karlos Arguiñano, siempre merece la pena hacer algo más que simplemente abrir la lata y escurrirlos.

Estos pimientos son una variedad específica de la hortaliza que consumimos básicamente ya preparados y envasados en latas o tarros de conserva, que desde el año 2001 aparecen incluso en el diccionario de la RAE como una variedad "caracterizada por tener la punta encorvada y el sabor algo picante".

Con nombre propio solamente pueden presumir aquellos que lucen el sello que certifica la Denominación de Origen 'Piquillo de Lodosa', un ecotipo de pimiento de piquillo autóctono de Navarra y que nos garantiza la máxima calidad y la producción local del mismo.

Ya sea para ennoblecer aún más al navarro, o para mejorar a una lata más económica de las que abundan en los supermercados -con pimientos casi siempre importados de China o Perú-, hay algunos trucos fáciles que podemos aplicar en un momento, y que hemos podido ver a Arquiñano compartir en numerosas ocasiones a lo largo de su trayectoria televisiva, así como en sus numerosos libros de cocina.

Pimientos de piquillo de Lodosa
  • Escúrrelos. Deja los pimientos varios minutos sobre un colador o sobre varias hojas de papel de cocina para que se pierda el máximo posible del líquido de conservación.

  • Retira las semillas. Siempre se suele colar alguna; serán un bocado más agradable si compruebas que todos los pimientos están perfectamente limpios por dentro, manipulándolos con mucha suavidad.

  • Confítalos. Ya sea para una receta caliente o fría, Arguiñano casi siempre los deja confitar en una sartén con buen aceite de oliva virgen extra. Lo mejor es partir del aceite frío con los pimientos encima para que no se calienten demasiado, colocando las puntas hacia el centro, siempre sin solaparlos entre sí. Hay que cocinarlos a fuego muy suave, mínimo 15 minutos.

  • Dales la vuelta. Si no quieres cubrir los pimientos completamente con el aceite, tendrás que darles la vuelta a mitad del tiempo, con mucho cuidado. Puede ser más sencillo ayudándote de un tenedor.

Piquillos
  • Sal y azúcar. El pimiento, al estar ya cocinado y ligeramente condimentado, no necesita demasiados aderezos, pero ganarán con un punto extra de sabor. Además de un toque de sal, el cocinero vasco suele espolvorearlos con un poco de azúcar para potenciar el confitado y caramelizarlos suavemente. Con azúcar moreno conseguirás un matiz tostado más aromático.

  • Adereza. Según la receta, Arguiñano añade además al proceso otros ingredientes que sumarán sabor y aroma, como dientes de ajo laminados, unas hebras de azafrán, guindilla, cayena, piparras o alegrías riojanas en rodajas, etc.

  • Aprovecha el horno. Si vas a encender el horno puedes acelerar el proceso asándolos a 200ºC, sin aire, con menos aceite, unos 6-8 minutos, o a 180ºC unos 10-12 minutos.

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Cómo evitar que al freír la carne suelte mucha agua: no es culpa del filete

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Cómo evitar que al freír la carne suelte mucha agua: no es culpa del filete

Pocas cuestiones amargan tanto la existencia de un carnívoro como comprobar que su filete, una vez que se echa en la sartén, se convierte en un mar de agua. Perdemos así el matiz tostado y crujiente que buscamos, dando paso a un trozo de carne cocido e insulso que se convierte en un fiasco.

Señalamos al carnicero, por el corte; al ganadero, por creer que pincha a las vacas; al fabricante de la vitrocerámica, por no ser una parrilla de restaurante, y al que fabricó la sartén, por dejar esa pésima sensación en la carne. El problema es que la culpa será, seguramente, nuestra.

Carnes mal descongeladas, mal atemperadas, temperaturas muy bajas en la sartén, salados demasiado agresivos, mareos en la sartén o, simplemente, una cuestión de tamaño, serán responsables de que nuestra carne se cueza en la plancha.

Es triste, sobre todo si nos dejamos la pasta en un corte de calidad. Por desgracia, ninguna carne está exenta de estos riesgos —desde la más cara hasta la más barata—, y tampoco ningún animal está libre del drama porque nos pasará con ternera, pollo y cerdo.

Por qué la carne suelta agua

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Cuanto más pequeña sea la carne y más llena esté la sartén, más probabilidades de que se llene de agua.

¿Y por qué no iba a soltarla? Si los humanos estamos compuestos de alrededor de un 70% de agua, ¿qué nos hace pensar que un cerdo, una ternera o un pollo no iban a ser lo mismo? Los animales también están compuestos en su mayoría por agua, y por eso puede acontecer este drama.

La cuestión es que es evitable a la hora de cocinar, ya que la retención de agua en los músculos de los animales, será la que luego salga arrastrando a las proteínas y se forme esa burbujeante espuma en torno a nuestro filete o entrecot de turno.

Esto se explica muy sencillamente por una cuestión de tamaño. Siendo parte de la musculatura animal, el agua, cuyas moléculas son mucho más pequeñas que las de las proteínas —alrededor de diez veces más pequeñas— se cuelan y permiten que, al contraerse por la acción del calor, ese agua se pierda.

Es cierto también que influye cómo se manipule la carne previamente. La edad del animal, la especie, el sexo, la cantidad de grasa, cómo se ha criado, la pieza o el corte influyen. Igual que una carne de un animal más adulto tendrá menos agua que la de un ejemplar más joven.

También esto es uno de los motivos por los que la carne se madura —todas las carnes de vacuno se maduran— y no pasan directamente del matadero a nuestra mesa porque el rigor mortis y la cantidad de agua que la pieza tendría recién matada llenaría nuestra sartén de agua. No hablamos de las maduraciones extremas que están de moda; incluso para una ternera joven la carne necesita varios días de reposo.

Cómo evitar que la carne suelte agua en la sartén al freírla

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La sartén debe estar caliente, el fuego ser vivo y la carne debe estar atemperada.

Después de este clase improvisada de química, hemos de tener claro que hay cosas que van a lastrar el resultado culinario de nuestros filetes. Puede ser una cuestión de conservación y de no prestar atención a la congelación, pero no será el único motivo.

También pasa, principalmente, por cómo maniobremos en la cocina o por el tipo de carne que vayamos a preparar. En este caso, nuestra intención es que el filete que cocinemos a la plancha o frito cono una pizca de aceite quede perfecto.

Mala descongelación

Los congeladores domésticos tardan mucho en congelar lo que introduzcamos en ellos. Más que uno industrial, evidentemente, donde la ultracongelación permite que los cristales de hielo sean muy pequeños. Como es obvio, si hablamos de congelación, nos referimos a ese agua interna que la carne tiene y que, al aumentar su tamaño en forma de cristal, rompe las fibras de nuestros filetes.

Partiendo de que es inevitable que estos cristales se formen, la clave estará en que la descongelación sea lo más amable posible. Para ello, siempre en nevera y procurando que nuestra carne no esté en perpetuo contacto con el líquido que va soltando. Ponle una rejilla y deja así que no entre en contacto con ella. Por supuesto, olvídate de descongelar a temperatura ambiente, salvo que quieras llamar a la puerta de las bacterias.

Cuando esté lista para consumir, sécala a conciencia con papel absorbente para eliminar en la medida de lo posible el agua externa.

Mal atemperado

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Pollo, ternera y cerdo son susceptibles de soltar agua. Ningún animal se libra.

Volvemos al equilibrio térmico. Si sacamos un filete de 200 gramos de la nevera a 4º centígrados y lo echamos directamente sobre una sartén caliente vamos a bajar de golpe la temperatura de ésta, que necesitará recuperar la temperatura para cocinar y, mientras tanto, el agua del filete empezará a brotar por esa contracción de las fibras.

No es un capricho el atemperado de la carne, y tampoco necesitamos que esté 10 horas al aire libre, pero bastará con dejar una hora en alguna parte de la cocina, tapada, para que no esté tan fría y no se produzca ese choque térmico al cocinarse.

Tipo de corte

Influye, claro. Cuanta más grasa sea una pieza, menos agua soltará, y también cuanto más adulto sea el animal, menos agua soltará. También hay que prestar atención al tipo de carne. Por ejemplo, notaréis que la carne picada suelta, por regla general, mucho agua. Se debe, principalmente, a que hemos roto durante el picado sus fibras de una forma muy agresiva, dejando más facilidad al agua para escaparse.

Por este motivo, piezas como los lomos de vacuno o una chuleta tienden a soltar menos agua que los filetes de contra, babilla o que el propio solomillo. En cuanto a animales, pasa igual; la carne magra de cerdo y el pollo —sin piel— suelen soltar bastante agua.

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Excesivo salado

La sal es un agente deshidratante y desecante de primer orden, razón por la que, si añadimos sal antes de la cocción, se dedicará a extraer los jugos internos de la carne. Por este motivo, se recomienda salar con mucha antelación o salar después de la cocción.

Tengamos en cuenta las capacidades domésticas; no hablamos de un restaurante donde van a llevar la chuleta a un fuego potentísimo que permita que esa sal no sirva para recocer la pieza.

Sartenes pequeñas

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Una sartén pequeña impedirá un buen reparto del calor.

Es otro error de los que hace llover sobre mojado. Si sacamos la carne fría, la salamos y encima la echamos en una sartén pequeña, reventamos el equilibrio térmico. Es una cuestión de tamaño y de ese atemperado previo. También nos pasará si tenemos una sartén muy grande pero la llenamos: volveremos a reducir la temperatura y la carne se cocerá.

Mejor cocinar tandas pequeñas que cocinar todos los filetes a la vez y mejor que tengan espacio, no para moverse, sino para que el calor se reparta bien y de forma uniforme.

Sartenes frías

Huelga decir que nada se cocina en frío y este fallo, habitual, es uno de los lastres para cualquier cocinado a la plancha o frito. Si el aceite o el metal están fríos, la carne se cocerá y no se freirá, que es lo que buscamos. Si jugamos con un punto de aceite, que esté previo al humeo. Si es sin aceite, prestemos atención a la temperatura de la sartén, que debe estar bien caliente.

Lo vamos a notar con ese 'fchsss' inmediato al echar la carne, que además se beneficiará de sartenes gruesas y que conserven bien el calor —como las de hierro colado—, que mantendrán la temperatura y favorecerán la caramelización de ese exterior, sellando la carne y sus jugos internos.

Carnes 'mareadas'

A la carne, en la sartén, ni se la pincha ni se la voltea ni se la espachurra. Salvo que queramos dejarla seca, claro. Si pinchamos o espachurramos se escapan los jugos, y si la volteamos, tres cuartas partes de lo mismo.

Una vez que la carne está en la sartén, se la deja quieta y solo se toca para darle la vuelta y cocinarla del otro lado. Cuanto menos la toquemos, mejor.

Imágenes | iStock

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Cómo hacer huevos al horno perfectos para cualquier ocasión: trucos y cinco recetas para adaptar al gusto

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Cómo hacer huevos al horno perfectos para cualquier ocasión: trucos y cinco recetas para adaptar al gusto

Entre las distintas formas de cocinar el huevo, hay tres que destacamos como las más sencillas y a prueba de novatos: huevos al horno, en cocotte y al plato. Si nos ceñimos a la técnica elemental las tres se basan en la misma preparación, pero tienen matices distintos que nos hacen ser más perfeccionistas y puntillosos en su elaboración.

Los huevos en cocotte o molde implican el uso de un recipiente concreto, pero las líneas se difunden un poco más entre la distinción de huevos al plato y huevos al horno. Los primeros se basan en una tradición más propia del recetario español, y que generalmente se preparan en cazuelas refractarias de paredes bajas, normalmente sobre una salsa o base más cremosa y líquida, y admiten tanto el horno como el calor de la placa de cocina.

En el caso de los huevos al horno, obviamente, el uso de este electrodoméstico se da por supuesto, y además abre el abanico de posibilidades hasta casi el infinito. Es quizá la forma más fácil de convertir cualquier plato en una comida mucho más completa, saciante y gustosa.

Qué son los huevos al horno

Genéricamente se denominan huevos al horno (baked eggs en inglés) a cualquier preparación que implique añadir dos o más huevos (o solo uno) a un recipiente refractario con diferentes alimentos (o solos) para cocinarse por completo o como parte final en el horno. Sí, su nombre es bastante autoexplicativo.

Huevos Horno Esparragos

La falta de precisión deriva de sus orígenes difusos e imposibles de rastrear, pues el ser humano lleva comiendo huevos desde tiempos remotos y lo lógico es pensar que fuera también de los primeros alimentos que se cocinarían con los primitivos primeros hornos. Con el tiempo, se refinaría la preparación con el desarrollo de recetas específicas según cada región y cada cultura, hasta la aparición de especialidades como lo shirred eggs, oeufs en cocotte o los mismos huevos al plato.

Como ya hemos mencionado, en este caso no se precisa de ninguna base concreta ni recipiente especial, aunque, lógicamente, tendrá que ser apto para el horno. Se pueden cocinar los huevos en dicho electrodoméstico sin más, simplemente engrasando la fuente o utensilio, o empleando un artilugio antiadherente como de silicona. Lo más habitual es emplear el horneado para cuajar unos huevos que terminen de completar diferentes elaboraciones.

Cómo hacer huevos al horno paso a paso

El primer paso es precalentar el horno para asegurarnos de que está a la temperatura precisa antes de introducir los huevos, que, por lo general, se cocinarán en muy pocos minutos. Hay que tener en cuenta que cada electrodoméstico es un mundo y no siempre están bien calibrados; si tu horno calienta demasiado, podrían cuajarse en exceso muy rápido e incluso quemarse.

Aguacate Horno Huevo

Una temperatura estándar adecuada serían los 200ºC con calor arriba y abajo, o 180ºC con aire. Se pueden subir unos 20ºC para cocciones mucho más rápidas, o reducir la potencia para controlar mejor el punto y cocinarlos más suavemente, a una temperatura más baja. Ten en cuenta también que la yema tarda más en cocinarse, pero un horno muy fuerte puede sellar y secar su parte más expuesta demasiado pronto.

Engrasa una o varias fuentes, cazuelas o sartenes de un material refractario y dispón un par de huevos por persona -más o menos, según las necesidades concretas o el momento del día. Añade un chorrito de nata líquida, bechamel o leche y dispón por encima o alrededor otros ingredientes ya preparados o de cocción rápida, como queso, verduras salteadas (espinacas, setas, calabacín, acelgas...), pisto o salsa de tomate, sobrasada, beicon cocinado, jamón cocido o serrano o chorizo, legumbres cocidas, etc. Salpimenta y hornea hasta que el huevo esté en el punto deseado, entre 8 y 12 minutos.

Huevos Horno Salchicha

Otra variante es preparar primero la base en la sartén o aprovechando el horno, para cascar los huevos directamente encima antes del horneado final. Es la forma más tradicional de coronar unas patatas y también platos al estilo shakshuka. Para un acabado más homogéneo y que los huevos se cuajen mejor, es una buena idea formar pequeños huecos o "bolsillos" entre los ingredientes para depositar dentro cada huevo.

Trucos e ideas para variar la receta

  • Las sartenes y cazuelas de hierro fundido aptas para placa de cocina y horno son tremendamente prácticas en estos casos, ya que nos permiten preparar la base del plato al fuego, romper los huevos y llevarlos al horno sin manchar más recipientes.

  • Para evitar que se nos rompan los huevos o se nos desparramen al colocarlos, es buena idea abrirlos primero en un pequeño cuenco desde el cual podremos verterlo fácilmente justo donde queramos.

  • Si te gusta la yema especialmente melosa o casi cruda, separa primero claras y yemas. Cuaja las primeras hasta que estén blancas e incorpora finalmente la yema encima, dejándola apenas 2-5 minutos más, incluso con el horno ya apagado y aprovechando el calor residual.

Huevos Horno Pan
  • Puedes ser todo lo creativo que quieras a la hora de cocinar los huevos, sin necesidad de usar cazuelas o recipientes. Por ejemplo, horneándolos dentro de verduras (berenjenas, tomates, pimientos, setas grandes tipo portobello...), panecillos o rebanadas de pan, o "cestas" formadas previamente con pan de molde o tortillas de trigo horneadas sobre moldes, aguacates sin el hueso, moldes de repostería, etc.

  • Si los huevos son muy frescos, rompe un poco la clara alrededor de la yema antes de meterlos al horno, pues tiende a ser más espesa y tarda más en cocinarse, poniendo en peligro la jugosidad de la yema.

  • Añade la sal solo justo antes de servir o evitando el huevo, ya que es hidrófila, absorbe el agua. Si salas la yema del huevo en crudo se secará rápidamente y no quedará tan melosa, aunque la cocines poco tiempo.

Recetas de huevos al horno

Huevos al horno picantes a la mexicana

Huevos Horno Picantes
  • Ingredientes para 2 personas. 4 huevos M, 400 g de tomates cherry, 3 tortillas de maíz o trigo, 2 cucharaditas de paprika ahumada, 1/4 de chile rojo o guindilla, 1 cucharada de azúcar moreno, 1 cucharada de aceite de oliva, 60 g de crema agria, nata espesa o crema fraiche, sal y pimienta negra.

  • Elaboración. Precalentamos el horno a 200ºC sin aire. En un bol mezclamos los tomates, la paprika, el chile picadito, el azúcar moreno, la sal, la pimienta y mezclamos todo bien para combinar. En una fuente de horno o sartén que valga para hornear colocamos las tortillas de trigo o maíz superponiendolas. Esparcirles por encima la crema, poner sobre esta la mezcla de tomates y especias, añadir el aceite de oliva y por último cascar los huevos dentro de la fuente o sartén. Tapar con papel de aluminio y hornear durante 20 minutos o hasta que los huevos hayan cuajado.

Receta completa | Huevos picantes al horno a la mexicana

Huevos al horno a los dos quesos

Huevos Horno Quesos
  • Ingredientes. 2 huevos, 50 ml de salsa de tomate, 60 ml de leche, 3 cucharadas de queso cheddar rallado, 2 cucharadas de queso parmesano rallado, aceite de oliva virgen extra y albahaca fresca.

  • Elaboración. Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Con el aceite de oliva pincelamos bien una cazuelita refractaria. En la base de la cazuela echamos la salsa de tomate casera, cascamos los dos huevos, salamos y espolvoreamos pimienta al gusto recién molida. Encima le añadimos la leche, las cucharadas de queso cheddar maduro y por último el queso parmesano. Horneamos diez minutos vigilando que la costra de queso de la superficie no se queme. Retiramos del horno y servimos bien caliente con unas hojas de albahaca fresca por encima.

Receta completa | Huevos al horno a los dos quesos: receta para disfrutar de una cena diferente

Aguacates con huevos al horno

Huevo Aguacate
  • Ingredientes. 1 aguacate, 2 huevos, aceite de oliva virgen extra, pimienta negra, sal, huevas (opcional), cebollino.

  • Elaboración. Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Abrimos el aguacate procurando que nos queden dos mitades igualadas y con un golpe de cuchillo sacamos el hueso. Cascamos un huevo y lo usamos para rellenar el hueco del aguacate, procurando que la yema quede intacta. Según el tamaño de los huevos usados, normalmente,nos sobrará un poco de clara que guardamos en la nevera para otras preparaciones. Sazonamos con sal y pimienta y horneamos durante 10 minutos con calor solo en la parte de abajo, hasta que la clara quede cuajada y antes de que la yema se seque. Sacamos la fuente del horno y decoramos los huevos con una cucharadita de huevas y un poco de cebollino muy picado.

Receta completa | Aguacates con huevos al horno, receta de desayuno saludable

Huevos al horno con falso pisto y provolone

Huevos Pisto
  • Ingredientes. 1 cebolleta, 1 calabacín, 120 g de salsa de tomate, 4 huevos, 100 g de queso provolone, orégano, pimienta negra, sal, aceite de oliva virgen extra.

  • Elaboración. Calentamos el horno a 200ºC con calor arriba. En una sartén calentamos un poco de aceite de oliva. Lavamos, secamos, pelamos y troceamos la cebolleta y el calabacín. Rehogamos la cebolleta y cuando esté transparente agregamos el calabacín hasta que esté blandito, pero al dente. Salamos ligeramente. Colocamos en cada mini cocotte una base de calabacín y cebolleta, sobre ésta dos cucharadas de salsa de tomate en cada una de ellas, encima repartimos el provolone troceado y por último cascamos un huevo en cada cazuelita. Añadimos un poquito de sal y orégano. Horneamos unos cinco minutos o hasta que el huevo se haya cuajado.

Receta completa | Huevos al horno con falso pisto y provolone, receta fácil y super rápida

Hevos al horno con champiñones y torreznos de pato

Huevos Champis
  • Ingredientes. 400 g de champiñones, 8 huevos, 150 g de jamón de pato, 4 cucharadas de salsa de tomate, queso rallado opción y aceite de oliva.

  • Elaboración. Para que no sea muy grasiento, quitamos la grasa del jamón o bien en otra sartén limpia ponemos un poco de aceite de oliva y salteamos el champiñón. A parte mezclamos el jamón troceado con los champiñones. Los ponemos en unas fuentes individuales y ponemos los huevos cascados. Añadimos el tomate (yo he puesto un poco de queso rallado). Horneamos unos 10-12 minutos a 190 ºC. Cuando lo saquemos ponemos los torreznos de pato y servimos.

Receta completa | Huevos al horno con champiñones y torreznos de pato

Kichly Sartén de hierro fundido engrasada - Sartén antiadherente - Utensilios de cocina para parrilla segura para uso en interiores y exteriores (31,75 cm)

Kichly Sartén de hierro fundido engrasada - Sartén antiadherente - Utensilios de cocina para parrilla segura para uso en interiores y exteriores (31,75 cm)

Imágenes | iStock - Marcho Verch - Stephen Luke - Jill Shih
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